El jurado no ha tenido ninguna duda. El acusado de matar a su mujer en un piso en la barriada palmesana de Son Cotoner es culpable de un delito de asesinato, además de otro de malos tratos por la agresión previa a la patada mortal que le propinó a su esposa. José Ignacio Blesa Barrales, un individuo de 56 años de edad, con amplios antecedentes delitos, incluido episodios de violencia sobre su mujer, escuchó el veredicto del jurado sin mostrar sentimiento alguno. Tanto la fiscalía como la acusación popular, que representa a la comunidad autónoma, reclamaron para el acusado una condena de 26 años de prisión, que representan 25 por el asesinato y uno por el maltratado. El abogado defensor, en cambio, reclamó la pena mínima. El jurado se opone a que se le pueda conceder el indulto al acusado.

Este crimen ocurrió el día 13 de julio del año 2020 en un piso de la calle Joan Muntaner Bujosa de Palma, en Son Cotoner. El acusado se instaló con su mujer Llillemor Chistina Sundberg, en este piso, invitado por el propietario de la vivienda.

El día de los hechos José Ignacio apareció en su casa tras haber estado toda la noche en la calle. Al regresar su mujer le recriminó que le hubiera cogido el teléfono móvil y 50 euros. A partir de entonces se inició la primera discusión. El agresor golpeó a la mujer en la cara, provocando que perdiera el equilibrio y cayera al suelo. A continuación la continuó golpeando, mientras la mujer intentaba defenderse.

A continuación la víctima se dirigió hacia la cocina. Su marido la siguió y aprovechando el momento en el que ella se agachó, le propinó una fuerte patada en la cabeza. Una agresión que fue mortal, puesto que le ocasionó una lesión craneal de la que no pudo recuperarse. Su muerte no fue inmediata. Estuvo ocho días ingresada en Son Espases.

El jurado también estima probado que la mujer, que inicialmente no perdió el conocimiento, le suplicó a su marido que llamara a una ambulancia, sin embargo éste le manifestó su deseo de que se muriera y se marchó.

La mujer tuvo tiempo a indicarle a la Policía que su esposo le había propinado una fuerte patada en la cabeza.

El acusado no ha mostrado en el juicio ningún tipo de arrepentimiento, sino todo lo contrario. Reconoció la pelea, e incluso la agresión, pero sostuvo que le propinó una patada a su mujer porque ella le había amenazado con un cuchillo. Sin embargo, esta arma no apareció en la cocina, ya que esta amenaza no era cierta.

El jurado ha basado su veredicto en la declaración del testigo, que era el dueño del piso, que relató el desarrollo de los hechos y afirmó que el acusado le propinó la patada mortal a la mujer.

El acusado lleva casi dos años ingresado en prisión preventiva. Su abogado anunció que se reserva la posibilidad de solicitar un indulto al Gobierno.

A partir de este veredicto la magistrada que ha presidido el juicio tendrá que fijar la condena de prisión que tendrá que cumplir el acusado. Ninguna de las acusaciones ha solicitado ningún tipo de indemnización económica para la familia de la mujer asesinada

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