Pablo Díez Moral murió el jueves a los 102 años, satisfecho tras una vida en la que hizo «de todo y más de todo». Así lo resumió en una charla que mantuvo con este diario cuando cruzó el umbral de los cien años, un siglo que merecía la pena contarse en las páginas del periódico del que fue suscriptor durante más de cincuenta años. «No sé cuándo lo hacen ustedes, pero yo a las 7 ya lo tengo», explicaba risueño.

Díez nació en Villalba de los Alcores, en Valladolid. Vivió la Guerra Civil, en la que perdió a su hermano Lorenzo, y a su término se sacó la titulación de profesor. Sería su pasaporte para desembarcar en Mallorca, a la que llegó destinado con 20 años. Iba a quedarse poco tiempo, pero tal como explicó durante aquella conversación se enamoró de la isla y de María Picó, Mimí, con la que se casó en 1959 y tuvo cuatro hijos.

Orgulloso de la vida que le tocó vivir, le ilusionaba fijar algunas pinceladas de aquel siglo en el papel impreso del periódico al que dedicaba tres horas de lectura diaria. Contó que trabajó como profesor de Educación Física, de corredor de seguros y en la delegación de Cultura. Cazó, arregló fachadas y hasta formó parte del jurado de Miss Mallorca en 1962. Ya descansa en paz quien no dejó nada pendiente.