Los caprichos del mar más lujosos e imponentes del mundo vienen a hacer la puesta a punto a Mallorca. Dos ejemplos recientes que han saltado a la prensa son el Tango, supuestamente del magnate vinculado a Putin Viktor Vekselberg e incautado provisionalmente por EE UU, y el Zen, del multimillonario chino Jack Ma. Estas joyas eligen principalmente los talleres y los profesionales de Astilleros de Mallorca, donde pueden llegar a trabajar al mismo tiempo en torno a 450 personas. «Unos cien son de plantilla, más 60 de personal de temporada, que están entre septiembre y junio. Y luego hay unos 250 de empresas auxiliares. Podemos estar trabajando en cerca de 20 proyectos en un mismo momento», explica a este diario Diego Colón de Carvajal, consejero delegado de estos astilleros ubicados en el puerto de Palma.