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Joan Miquel Matas: «Podríamos ahorrar en agua el equivalente al Gorg Blau y Cúber»

El clúster cree que gestionando mejor las 2.650 piscinas turísticas y deportivas que hay en las islas se dejaría de gastar muchísima agua y hasta cuatro millones de euros menos al año

Joan Puig y Joan Miquel Matas, del CLiQIB. M.F.

El Clúster de la Indústria Química de les Illes Balears (CLiQIB) da mucha importancia a la puesta en marcha de ambiciosos proyectos de innovación, como por ejemplo la mejora de la gestión del agua en las piscinas, algo especialmente relevante en un territorio como las Baleares, una de las regiones europeas con mayor densidad de piscinas.

Se estima que en las islas hay más de 2.650 piscinas deportivas y turísticas (aparte quedarían las particulares). Y según cálculos del clúster, introduciendo cambios en la gestión y tratamiento de las aguas cada temporada turística «podríamos ahorrarnos el agua equivalente al Gorg Blau y Cúber juntos» y así «bastaría usar las desaladoras para abastecer de agua a todas las islas».

Así lo sostiene Joan Miquel Matas, director del CLiQIB, que argumenta así la importancia de la puesta en marcha del AQUALAB, un centro de investigación «único» en Europa donde se experimentarán procesos eficientes de tratamientos de agua para así evitar perder los millones de metros cúbicos que cada año se gastan por el vaciado y la renovación de las aguas que hay que hacer de estas piscinas por normativa; por la evaporación; y por el tratamiento con ácido cianúrico.

Estos tres procesos implican un gran gasto de agua y también de dinero: entre 67.000 euros y 100.000 euros al día. El clúster cree que implementando medidas eficientes de gestión el agua que se pierde cada año en piscinas públicas y turísticas podría reducirse del 10% actual a un 3%.

El centro tendrá un área «de aguas» (con piscinas para hacer las pruebas y con distinta maquinaria para experimentar); un área de laboratorio (para recoger y analizar muestras) y un área de formación.

Si se cumplen los plazos, las obras del proyecto AQUALAB (financiado con fondos del Impuesto de Turismo Sostenible) comenzarán en mayo y acabarían en abril del año que viene.

Según Matas este centro, que se ubicará junto a CampusEsport, en la Universitat, servirá para que las empresas hoteleras y las administraciones públicas vean que estos nuevos sistemas funcionan y se animen a hacer la inversión y los implanten en sus piscinas.

«Los consells podrían decretar que las piscinas municipales tengan que utilizar estos sistemas y para los hoteles podrían lanzarse convocatorias bien hechas de ayudas, en definitiva el ahorro de agua es un beneficio para toda la sociedad», señala Matas.

Crear cloro a partir de un residuo

El otro gran proyecto que persigue el CLiQLIB, más a largo plazo, es el CICHLO: la primera planta de producción propia de derivados del cloro que tendrán las islas, lo que nos permitirá tener cierto grado de soberanía química y no depender de la llegada de este producto básico para la desinfección del agua (además de un precio estable y más bajo).

La gracia de la planta, que también producirá hidrógeno, es que funcionará con energía fotovoltaica y utilizará como materia prima un residuo hasta ahora desaprovechado: la salmuera desechada por las desaladoras.

Esta planta de electrólisis salina se dibuja así como el mejor ejemplo posible de economía circular y nula huella de carbono, aunque aún está en una fase inicial. Ya hay un inversor detrás (CLH) y después del verano se espera tener todos los permisos y poder comenzar las obras, que se prolongarían unos cuatro años.

En plazos mucho más cercanos, para esta misma temporada turística, CLiQIB ha lanzado una experiencia piloto en la que participarán «muchos hoteles» para reducir el uso de envases de plástico de los productos de limpieza, apostando por recipientes de mayor tamaño (de 25 litros o más) y estaciones dispensadoras automáticas.

Para distinguir estos nuevos envases, el clúster ha creado el logotipo SIRAP, un dibujito que tras este primer verano de prueba las industrias químicas esperan que sea cada vez más visto en los almacenes y carritos de limpieza de los hoteles de las islas.

Ley de Ciencia Lamentan que la innovación quede olvidada

Tras años esperándola, el Clúster no oculta su decepción con la nueva Ley de Ciencia del Govern. Consideran que la innovación queda olvidada y desatendida con esta norma que al final creen que se ha quedado «en una ley solo para la investigación». Es como si se creyera que «la investigación pública por sí sola desemboca en la innovación», cree Matas, que valora que los partidos del Pacto han demostrado «sensibilidad por la economía del conocimiento» pero en dos legislaturas no han conseguido aflorar un «ecosistema de innovación».

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