La inmovilización, o «retención provisional» en términos jurídicos, de tres yates en el plazo de horas significa la tardía incorporación del Gobierno a la persecución de los lujosos signos externos adquiridos por los oligarcas rusos mediante el saqueo de su país.
España «secuestra» o «arresta» después de Francia, Italia, Alemania, Reino Unido, Estados Unidos y Mónaco. Las suspicacias sobre el último país europeo en intervenir se acentúan al observar que la primera inmovilización en Barcelona del Valerie (120 millones de euros) se produce tras haber dado la oportunidad a Roman Abramóvich (doce mil millones) de sacar el mismo día su gigantesco My Solaris (quinientos millones) del puerto catalán. También Agit Alekperov (once mil millones), presidente y consejero delegado de Lukoil, pudo escamotear su Galactica Super Nova (setenta millones) de las redes tendidas contra los oligarcas o siloviki de Putin.
En su entrevista del lunes en La Sexta, el presidente del Gobierno atribuía la huida del yate de Abramóvich a las sanciones, en lugar de lamentar que el propietario saliente del Chelsea se zafara de la inmovilización. Sánchez anunció nuevas retenciones, que en la medianoche se sustentaban en el Lady Anastasia (siete millones) de Aleksander Mikheev, máximo ejecutivo del conglomerado público Rosoboronexport encargado de la venta de armamento ruso.
La paralización del Lady Anastasia era inevitable, por el simbolismo adquirido cuando el marinero ucraniano Taras Ostapchuk intentó hundir el yate en Port Adriano, antes de regresar a su país para incorporarse a la resistencia contra Moscú. El dueño del yate retenido provisionalmente tiene otras propiedades inmobiliarias y náuticas en Mallorca, su destino determinará si la campaña económica contra los oligarcas se limita al efectismo de las embarcaciones de lujo.
En cuanto al Tango (cien millones) del magnate ucraniano de disciplina rusa Viktor Vekselberg (ocho mil millones), vinculado con el pago del silencio de una actriz porno ligada a Donald Trump, su retención en Palma se atribuye a una operación de Aduanas ligada a cuestiones fiscales. En este caso no se ha aplicado «el cuarto paquete de medidas sancionadoras aprobado por la Unión Europea». Según portavoces oficiales del Gobierno, «no es el mismo procedimiento de retención, pero en la práctica los efectos son los mismos».
La embarcación, así como los dos aviones privados del magnate del grupo Renova que también aterrizan en Balears, ha sido señalada directamente por el Tesoro norteamericano como «vinculada a Vekselberg», a quien se designa como «persona de interés» bajo sospecha. Las sanciones compensarán mínimamente el desequilibrio entre el país agresor y el invadido, además de aliviar también de modo superficial la factura europea de la guerra, con un objetivo desmoralizador. Las dificultades de identificación testimonian la urgencia por conocer los propietarios concretos de los bienes.
