Baleares elimina la exigencia del documento para acceder a bares, restaurantes, gimnasios, acontecimientos culturales, así como para visitas en residencias de personas mayores y en el ocio nocturno. Esta medida adoptada por el Govern para tratar de que el número de inmunizados contra el coronavirus aumentase afectó sobre todo al sector de la restauración, que ayer respiraba con alivio al retirar el cartel que solicitaba el documento

«Para pedir el certificado se liaba una cola que no veas, y eso nos podía hacer perder clientes», señaló Luis Mellina, empleado del Club Nàutic Portitxol. Todos los responsables de los establecimientos consultados por este diario se mostraron «muy contentos» de que ya no se tuviera que exigir el pasaporte covid a los clientes ya que, como explicó Mellina, «se tardaba el doble en acomodar a los comensales y tenías que tener a una persona solo para que se ocupara de esa tarea». 

A pesar del alivio que la eliminación de la medida ha supuesto para la restauración mallorquina, este empleado aseguró que en el establecimiento no se notó por ello una mayor afluencia de clientes. «Hemos tenido un día de lo más normal». Con él coincidió Amrit Singh, encargado del restaurante Beach Side: «No hemos notado mucho cambio porque los sábados siempre suele haber mucha gente y además con el buen tiempo han querido comer fuera», puntualizó. 

A pesar de ello, se mostró contento porque «es más fácil trabajar sin pedir el documento». Abundó, además, en el aspecto señalado por Mellina: «Se formaba mucha cola en el local». Singh cree que será la semana que viene, que al parecer el tiempo no será tan favorable como ayer, cuando notarán un cambio en la dinámica de trabajo. El encargado del restaurante Diablito, Víctor Torres, también consideró que en los próximos días seguro que se notará más la eliminación de la medida en los restaurantes: «Si te soy sincero hoy [por ayer] tuvimos solo una mesa dentro, todo el mundo quería estar en la terraza. Ha sido un sábado tranquilo y no ha venido más gente de lo normal porque no pidiéramos el certificado. Vamos a ver mañana, que creo que habrá viento, a lo mejor la gente quiere estar dentro y ahí supongo que lo notaremos», reflexionó.

Los clientes

Cabe destacar que la mayoría de los clientes desconocía que este sábado se ponía fin a la medida. Al saberlo, comensales como Juan Sejas, que disfrutaba de una comida en familia en Portitxol, expresaron su alegría: «Es mejor así, es más cómodo si no lo piden». Otros, como Toni Rey, se mostraron indiferentes: «Yo estoy vacunado y enseñar el certificado no me costaba nada».

Clientes comiendo en el interior de un restaurante. N.Cuéllar