Más de 10.000 trabajadores eventuales del sector turístico de Balears se van a convertir en fijos discontinuos de la mano de la nueva reforma laboral que han pactado el Gobierno central, los sindicatos CC OO y UGT y la patronal CEOE, según las estimaciones iniciales de las dos organizaciones que representan a los trabajadores.
Parta ello, además del cambio legal se va a disponer de una ayuda adicional, ya que el conseller de Trabajo, Iago Negueruela, avanza que en la planificación autonómica de la inspección laboral de este año se va a hacer especial hincapié en la lucha contra esa temporalidad irregular, al igual que durante la campaña de controles que se va a desarrollar durante el verano con la participación de inspectores llegados desde la península.
Aunque desde este departamento autonómico por el momento no se ha estimado el volumen de contratos que se van a tener que transformar, se coincide en que se van a contar «por miles».
Los secretarios generales de las federaciones de hostelería de UGT y de CC OO, José García Relucio y Silvia Montejano respectivamente, señalan que este sector, que incluye al alojamiento turístico, a la restauración y al ocio nocturno, agrupa a unos 20.000 asalariados que disponen de contratos temporales, y afirman que al menos la mitad de ellos padecen una precariedad que no está justificada, de ahí que con la nueva reforma laboral las empresas para las que trabajan se vayan a ver obligadas a estabilizar sus relaciones laborales convirtiéndolos en empleados fijos discontinuos.
Dado que la planta hotelera tiene limitado su cupo de eventuales, se apunta que el mayor impacto en el cambio de los contratos de temporales a fijos discontinuos se va a registrar en la restauración, sector en el que se han dado casos en los que la totalidad de la plantilla eran trabajadores precarios.
Pero un punto sobre el que se insiste desde las organizaciones sindicales es que la cifra de 10.000 trabajadores de Balears que verán transformados sus contratos para disfrutar de una mayor estabilidad es una «estimación de mínimos», dado que al sector turístico hay que añadir otros de un elevado peso en el mercado laboral del archipiélago, como son el comercio y la construcción.
En estas dos últimas ramas empresariales, el uso del contrato por obra o servicio es muy habitual, pero va a quedar extraordinariamente limitado tras la reforma, por lo que se trata de un área en la que también se destaca la necesidad de incorporar a una parte de estos asalariados a la categoría de fijos discontinuos.
Como ejemplo, se apunta la contratación en el comercio de muchas personas para reforzar las campañas de verano y el periodo de que va de noviembre a febrero al agrupar las ventas del Black Friday, de la Navidad y del inicio de las rebajas de invierno. En este grupo, se destaca que una parte de estos empleados también pueden quedar vinculados a las empresas a través de una contratación más estable.
Algo similar puede decirse de la construcción, con asalariados que pasan de obra a obra a lo largo del año también encadenando contratos precarios.
Un aspecto que se destaca desde UGT y CC OO es el papel que la Inspección de Trabajo va a tener que jugar a la hora de impulsar esta transformación del mercado laboral de las islas, dado el elevado nivel de fraude que se registra en relación a la temporalidad en sectores como la restauración, pero también en otros como la hotelería.
En este ultimo sector, los responsables de ambas sectoriales sindicales lamentan la práctica de hacer que un empleado trabaje dos temporadas en una empresa, para ser cedido a otra en la tercera y ser recuperado en la cuarta, con el con fin de evitar una excesiva continuidad en cada una de ellas
