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La sexta ola pincha la campaña navideña

Miedo empresarial al «desierto económico» de enero y febrero tras la caída en la facturación de diciembre

El aumento de los contagios se ve acompañado de la cancelación de comidas de grupos

La sexta ola de la covid ha ‘pinchado’ la campaña navideña en Mallorca, con una caída en la facturación que está siendo especialmente notable en los restaurantes pero que afecta también a buena parte del comercio, según se subraya desde las organizaciones empresariales de estos sectores. Hay otra cuestión que se menciona de una forma reiterada, y es el miedo existente, tras la bajada de los ingresos que se esperaban para diciembre, a tener que afrontar el «desierto» económico que suponen los meses de enero y febrero, los de menor actividad en la isla, con el pronóstico de que va a haber negocios que se van a quedar por el camino y que no van a llegar a la próxima temporada turística.

Los presidentes de las organizaciones Restauración-CAEB y RBC-Mallorca, Alfonso Robledo y Eugenia Cusí respectivamente, coinciden en que el aumento de los contagios ha provocado un alud de cancelaciones en las reservas de los restaurantes, especialmente en aquellas que se registraban entre los grupos más numerosos de comensales (como las comidas de empresa), que prácticamente han desaparecido, según se subraya. Eso ha hecho, según añade Robledo, que el sector vuelva a estar en «números rojos», algo que Cusí achaca también a la exigencia del certificado covid para acceder a estos establecimientos, apuntando la «falsa imagen» de inseguridad que se ha dado de esta actividad. Por ello, la presidenta de RBC reivindica que se suprima la exigencia del citado documento.

El comercio también está padeciendo una apreciable desaceleración en sus ventas durante diciembre, según apuntan los presidentes de Afedeco y de Pimeco, Toni Gayá y Antoni Fuster, pese a que su homólogo en PIMEM-Comerç, Miquel Angel Mateu, defiende que el último trimestre de este año comienza a mostrar cifras similares a las de 2019.

En este sentido, Fuster estima que las ventas en el comercio mallorquín se sitúan en estos momentos un 20% por encima de las registradas en la campaña navideña de 2020, pero recuerda que estas últimas se movieron en niveles mínimos, y defiende que se sigue muy lejos de los datos de 2019. La única ventaja, según añade Gayá, es que este año el consumo se ha espaciado más en el tiempo, con un mes de noviembre más positivo, ayudado también por los bonos que repartido el Consistorio palmesano. «Pero si las rebajas empezara en este momento, serían un desastre», lamenta el presidente de Afedeco.

El presidente de la patronal PIMEM, Jordi Mora, coincide en el mal momento que está viviendo la restauración y en los problemas que se registran en algunas ramas comerciales, pero reconoce que la principal preocupación existente no es tanto el balance de diciembre como lo que puede suceder durante los meses de enero y febrero, ya que al periodo de menor actividad económica de la isla (el primer trimestre) se va a llegar con las reservas financieras muy menguadas, al haber provocado la sexta ola de la covid un desplome en la facturación de muchos negocios. Esta preocupación es compartida por el resto del presidentes de patronales consultados.

Porque otro punto en el que se coincide es que durante ese periodo va a registrarse la desaparición de algunos de los establecimientos que todavía se mantienen en pie. En relación a este punto, Toni Gayá indica que pese a las ayudas aportadas por las Administraciones públicas, son muchos los pequeños empresarios que han invertido el patrimonio familiar para mantener a flote su negocio, lo que está provocando algunas situaciones dramáticas.

Igualmente, desde las patronales se pone de relieve que son muchos los que están negociando de nuevo bajadas en los alquileres de sus establecimientos en un intento por superar la etapa actual.

El presidente de la asociación comercial de Jaume II, Pedro Mesquida, añade un último elemento, y es el deseo de que la próxima temporada turística pueda iniciarse durante la Semana Santa, ya que si se ha de esperar a junio como el pasado año, la situación se convertirá en insostenible para muchas empresas.

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