Un pequeño paso en la lucha contra el cambio climático, y una zancada de gigante en innovación democrática en Baleares. La comunidad será la primera en celebrar una asamblea ciudadana por el clima, un mecanismo participativo que implica a toda la ciudadanía y que ya se lleva a cabo en otros países.
La iniciativa propone que un grupo aleatorio de personas tome decisiones sobre cuestiones complejas respecto al calentamiento global. Decisiones que, normalmente, generan «intereses opuestos» en la sociedad. Así lo explicó ayer en rueda de prensa la portavoz del equipo multidisciplinar de investigadores de la Universitat de les Illes Baleares que ha desarrollado el proyecto, Clara Ferragut.
La representante explicó que, para realizar la asamblea, primero se seleccionará a un grupo representativo de ciudadanos escogidos a través de un sistema de sorteo cívico. Este método elige de forma aleatoria a varias personas en base a una serie de criterios.
De hecho, el proyecto presentado sugiere que los ciudadanos puedan participar de forma voluntaria en las reuniones a partir de los 16 años; es más, se propone que los jóvenes tengan sobrerrepresentación en las asambleas por ser los que más sufrirán los efectos del cambio climático.
Una vez seleccionados —se escogerá entre 50 y 100 personas—, los afortunados se reunirán con un grupo de expertos que les proporcionará información sobre la materia que vayan a debatir. Después de una deliberación, se tomarán unas recomendaciones políticas que, posteriormente, se trasladarán a las autoridades competentes.
El proyecto prioriza que los ciudadanos que participen tengan claro por qué lo hacen y qué se hará con sus recomendaciones. Es más, la iniciativa plantea que, en caso de que una recomendación no se asuma, las instituciones justifiquen por qué no se llevará a cabo.
La primera asamblea se celebrará en 2022, y se realizará una por cada isla del archipiélago. El proceso, que contará con varias reuniones, durará unos cinco meses. La primera sesión será la de bienvenida, y se prevé llevarla a cabo de forma simultánea en Mallorca, Menorca, Ibiza y Formentera.
Después, se hará una sesión temática por cada fin de semana en una de las cuatro islas de Baleares. De esta forma, los isleños participarán en la asamblea una vez al mes, y así a lo largo de cinco meses hasta que finalice el proceso.
De esta forma, los ciudadanos participarán en la toma de decisiones sobre temas tan importantes como la capacidad de autosuficiencia alimentaria, la disponibilidad de agua, la necesidad de replantear el modelo económico o la relevancia del transporte interinsular y continental. Todo esto, desde una «perspectiva de justicia social», puntualizó Ferragut, y con el objetivo de «garantizar el bienestar de las generaciones presentes y futuras».
Es la primera asamblea ciudadana por el clima que se celebrará a nivel regional en Europa, y la primera en un archipiélago, por lo que es una experiencia pionera en la comunidad. En otros países, como Reino Unido, Francia, Alemania, Irlanda o Escocia, ya se lleva a cabo.
En cualquier caso, la investigadora de la UIB aclaró que el objetivo del proyecto no es sustituir la democracia parlamentaria, sino que es un mecanismo que complementa el ejercicio político y que aprovecha la inteligencia colectiva a través de la participación ciudadana.
Ferragut recordó que, por el hecho de estar en la región mediterránea, Baleares está en una posición de «vulnerabilidad extrema» frente a las consecuencias del cambio climático, por lo que es «urgente» que las instituciones y la sociedad actúen de forma conjunta para buscar soluciones ante la emergencia ambiental.
