«Es un modelo». Este es el argumento que esgrimió ayer la consellera de Salud, Patricia Gómez, para descartar la utilización de los centros escolares para vacunar contra la covid-19 a los menores de entre 5 y 11 años, proceso que está previsto que comience el miércoles de la semana que viene y del que no ofreció más detalles remitiendo a una rueda de prensa que tendrá lugar el lunes ya que, aseguró, en estos momentos hay un equipo trabajando en la mejor manera de hacerlo.

No obstante, a tenor de las razones aducidas por la consellera para descartar las aulas como puntos de vacunación, los centros de salud ganan posiciones para que finalmente se haga en ellos toda vez que Gómez también descartó la recuperación de vacunódromos ya desmantelados como el de Germans Escales, polideportivo que ya estaría organizando y programando las actividades deportivas para las que fue creado.

Otra posible opción es que se habiliten puntos específicos de vacunación para niños (kidcovid) en la explanada del viejo Son Dureta. Ayer se habilitaron dos líneas extra en este espacio para realizar pruebas diagnósticas a 600 escolares ya citados y que dependían de ellas para aislarse o no. También se barajaba recuperar los puntos covid exprés, entre otras opciones.

No obstante, las escuelas parecen definitivamente descartadas como puntos de vacunación pese a que pediatras han asegurado a este diario que las coberturas vacunales que se alcanzan cuando se utilizan estos escenarios suelen ser mayores.

En cualquier caso, la consellera señaló que la estrategia de vacunación contra la covid-19 del colectivo de 5 a 11 años pasa por inmunizar primero a los niños que padezcan patologías muy graves que serán identificados por los centros hospitalarios y los de salud.

En este sentido, fuentes no oficiales revelaron que este lunes se reunirán todos los jefes de Pediatría de los hospitales públicos de esta comunidad para revisar sus listados de pacientes y evitar que algún niño con una patología grave no sea vacunado. Para evitar esta circunstancia indeseada también se requerirá que los pediatras de los centros de salud revisen los historiales de sus pacientes.

«Muchos desplazamientos»

Preguntada por los motivos por los que se descartaban las escuelas, Goméz argumentó que «las enfermeras tendrían que ir a vacunar a ellas y serían muchos desplazamientos. También habría que obtener los consentimientos informados de los padres y habilitar un espacio en el centro para la vacunación», enumeró antes de añadir que, previsiblemente, una reacción alérgica o el miedo a una aguja sería más aparatosa en un colegio que en un centro de salud.

Y aunque la consellera glosó las bondades de BitCita para poder elegir fecha y horario, sí admitió que previsiblemente se citará a los padres de manera telefónica, como ya adelantó la presidenta Armengol el pasado martes, para que acudan al punto de vacunación con sus hijos y que se les citará en unas horas «que no interfieran con su horario escolar».