Un chófer de la EMT fue sancionado por la empresa municipal por informar a un grupo de pasajeros que querían ir de la estación marítima al aeropuerto de Palma de que ir en taxi era más rápido y barato.

La empresa pública había pedido colaboración a sus trabajadores para detectar las disfuncionalidades del servicio y poder así solventarlas con mayor premura. De este modo cuando, el conductor de autobuses fue interrogado por cuatro pasajeros sobre el precio y la duración del trayecto entre el Puerto de Palma y Son Sant Joan, decidió preguntar a un taxista sobre el precio de esa carrera para dar a los usuarios una información precisa.

Averiguó así que el viaje en taxi resultaba hasta 12 euros más barato que el del bus y así se lo dijo a los clientes. Además, para cumplir con la petición de colaboración formulada por la propia EMT, decidió enviar un mensaje de wasap a sus jefes. “He preguntado al taxi cuanto cobraba (por el trayecto) y me ha dicho 20,5 nosotros 32. Por si se lo podéis comunicar a quien sea el responsable”.

La empresa pública, lejos de agradecer al chófer su actuación, decidió abrirle un expediente por una falta laboral muy grave con 21 días de suspensión de sueldo.

El afectado no se arredró y decidió llevar a la empresa a los tribunales. Finalmente, el juzgado de lo Social número 4 de Palma ha revocado la sanción y sus consecuencias al entender que no hubo ninguna conducta sancionable por parte del conductor. Es más, la jueza asegura en la sentencia que la actuación del empleado “denota honradez y crea ‘buena impresión’ del servicio público”.