La incertidumbre de los primeros momentos pasó a convertirse en estupefacción a medida que los pasajeros atrapados en la terminal de salidas pudieron ir conociendo datos de lo sucedido ayer en el aeropuerto de Son Sant Joan. Varias decenas de personas que habían pasado los controles pasadas las 20 horas y que se encontraban frente a sus puertas de embarque vivieron momentos de tensión una vez que conocieron que varios pasajeros habían escapado de un avión y estaban corriendo por las pistas. «Nadie se ha acercado a decirnos qué está pasando y estamos preguntando a las tiendas y al personal de limpieza, pero no nos dicen nada, tampoco ha habido ninguna comunicación por megafonía», denuncian varios pasajeros que prefieren no dar su nombre.

«Estoy alucinando con lo que está pasando», confiesa la palmesana Nina Pecos. Esta funcionaria se iba a ver a su marido a Barcelona. «Voy a esperar dos horitas más y, si no sale mi avión, me voy a ir», comenta algo desanimada. «Esto es un trastorno, tenía que verme con mi pareja y ahora si se cancela el vuelo tendré que ver si me devuelven el dinero y cómo hacerlo», expone.

Mientras Nina habla con este diario, desde el aeropuerto han empezado a cerrar algunas puertas de embarque, tiendas y a cancelar vuelos. Los pasajeros se van agolpando en un espacio más pequeño y siguen mirando las pantallas para ver en qué estado está su avión y cuánto se prolongan los retrasos. La gran mayoría no se despega del móvil mirando las noticias, hablando con familiares y enviando WhatsApp. «Van a cerrar salidas y tendremos que salir por llegadas», comenta una pasajera.

Nina Pecos volaba a Barcelona. Irene R. Aguado

Ferraoun Mustapha está junto a su familia en la cafetería. Cenan algo porque la espera es larga y entre los miembros hay menores. «Hemos estado de vacaciones en Mallorca y hoy volábamos hacia Barcelona para coger el coche que habíamos alquilado allí para regresar a casa, a Toulouse. Ahora mismo nos preocupa el alojamiento esta noche en Palma si cancelan el vuelo. Además hemos de estar el domingo en nuestra ciudad porque empezamos a trabajar», relatan. La familia de Mustapha vivió un poco de tensión porque no entienden el español, hablan francés. «No sabemos qué ha pasado. Hemos preguntado si salía algo en los periódicos», cuenta Ferraoun.

Ferraoun Mustapha junto a Naëla e Ilyana, tomando algo en la cafetería.

Pasadas las 22.30 horas, algunas de las cafeterías de la terminal permanecían abiertas con pasajeros que aún no tenían el vuelo cancelado y esperaban poder salir por la noche a su destino. Es el caso de Alberto Ruiz de Alegría, madrileño que trabaja en Palma. Iba a coger un vuelo a la capital para acudir a una fiesta de cumpleaños. «Depende de a qué hora llegue me voy directo a casa o pillo a mis amigos en la última copa». El pasajero está esperando con el ordenador y aprovecha para trabajar. «Estoy en Acciona, en energía fotovoltaica». A Alberto no le preocupan los motivos por los que el aeropuerto se ha cerrado. «Ni siquiera he mirado las noticias. No es la primera vez que me quedo atrapado en un aeropuerto, sólo te digo que me pilló la borrasca Filomena», comenta.

Alberto Ruiz de Alegría se perdió un cumpleaños.

Pasajeros que no se conocen entre sí empiezan a entablar conversación en el aeropuerto a medida que van pasando las horas. Los fugados en la pista es uno de los temas de conversación. Y el punto de encuentro a las once de la noche es una cafetería 24 horas. Ahí están Sergio González y Malena Ivomirova, una pareja de Madrid que ha pasado dos días de vacaciones en la isla. «A las 4 de la mañana tendría que estar trabajando en un hipermercado y va a ser que no. No me puedo presentar a mi trabajo. Estoy mirando el tema de los justificantes para que me lo acepten. Ya veremos. Apenas he volado, es mi tercer vuelo en la vida y estoy alucinando con lo que ha pasado», manifiesta.

Malena Ivomirova y Sergio González.

«No tenemos información» fue también una de las quejas más repetidas ayer. Así se pronunciaron María de las Neus Méndez de Muro, Miquel Antoni Corro de Llubí y Ionel Emilian Negru de Can Picafort. Los tres se dirigían a Barcelona de fiesta. «Hacemos tiempo en la cafetería, pero sobre todo estamos desesperados por fumar», confiesan.

María de las Neus Méndez, Ionel Emilian Negru y Miquel Antoni Corro.

Aplausos en salidas tras el anuncio por megafonía: «Abrimos»

Los pasajeros tuvieron noticias de que se restablecía la normalidad en el aeropuerto después de hasta seis horas de espera. Tras el anuncio por megafonía, pudieron oírse algunos aplausos en la terminal. Y las puertas de embarque volvieron a ponerse bulliciosas. Pese a ello, la gente siguió resoplando y con quejas al ver que las pantallas con los vuelos no estaban actualizadas.