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En Contra | Gabriel Ensenyat: «El catalán retrocede, es luchar con piedras contra un tanque»

Gabriel Ensenyat (Andratx, 1961) es el flamante ganador de la 50 edición del Premi Octubre con ‘Fuster i els mallorquins. El debat identitari a la Mallorca tardofranquista’. Es el primer ensayo del catedrático de Filología Catalana y doctor en Historia Medieval de la UIB, que nunca se había presentado a un premio

Gabriel Ensenyat, ganador del premi octubre de ensayo con 'Fuster i els mallorquins', catedrático de Filología Catalana.

Para que se haga cargo del tipo de entrevista: «¿Valencia también son Països Catalans?»

Para mí, sí, rotundamente. Me gusta definirme como catalán de Mallorca, la precisión que se usaba en la Edad Media. Hay gente que se enfada, igual que yo cuando pierde el Barça. En ambos casos, paciencia.

Su ‘Fuster i els mallorquins’ es un juego de palabras.

Hablo del libro de Josep Melià Els mallorquins (1967), con prólogo de Joan Fuster que a su vez había escrito Nosaltres els valencians (1962). Hay capítulos de ambos libros que no entiendo cómo pasaron la censura.

¿Josep Melià fue el Joan Fuster mallorquín?

Es el equivalente. Cuando aparece el libro de Fuster, Gori Mir, Llompart o Moll hablan de escribir uno parecido, pero nadie se decidía porque faltaban estudios para documentarlo. Melià se atrevió.

¿El franquismo daba en Mallorca para el «debate identitario» que plantea su libro?

Mira, fue un debate completamente al margen del franquismo, porque no aparece España. Solo se habla de Mallorca y del conjunto de los Països Catalans. El interés nace de lo insólito que resulta.

¿La derecha mallorquina fue menos españolista que la valenciana?

Sí, y lo comenté en Valencia con motivo del premio. El secesionismo lingüístico del blaverismo no fue apoyado en Mallorca ni por el PP ni por UCD. A Fuster le montaron un atentado en Sueca, con intención de matarlo.

Cañellas fue nacionalista.

Yo diría que no. Cañellas es de obediencia española, pero en determinados aspectos tenía una visión distanciada, que no de país. Por ejemplo, en Economía con Alexandre Forcades había una concomitancia con el nacionalismo, y que es inimaginable en el PP actual.

¿Vox es franquista?

Por lo pronto, ha absorbido todo el electorado franquista que existía y que votaba al PP, los que yo conozco. Como mínimo de manera parcial, Vox tiene componentes franquistas.

¿Habla de los mallorquines porque los baleares no existen?

Nadie dice «soy balear». Es una palabra artificial, que históricamente no existía. Como medievalista, Balears es un término utilizado por Roma que solo reaparece con el humanismo renacentista. Para los musulmanes, éramos las Islas Orientales de Al-Andalus.

Valentí Puig le sacude de lo lindo a Joan Fuster en su último volumen de diarios.

Fuster ha generado el debate de que su proyecto era incompatible con la derecha, por su frase de que «el País Valenciano será de izquierdas o no será». También se ha discutido al escritor desde el entorno nacionalista y progresista, por considerarlo demasiado atrevido. Se planteaban si su táctica fue la adecuada.

Pere Aragonès no quiere ir con Balears ni a por dinero.

El catedrático Miquel Barceló siempre nos decía que «esto de los Països Catalans solo nos lo creemos en Balears y Valencia, desengañaos».

El catalán es todavía el segundo idioma más hablado de España.

No soy optimista, básicamente por la demografía. El aluvión continuo de gente de otros lugares provoca que el catalán retroceda, es como luchar con piedras contra un tanque.

Filología Catalana no es una carrera de masas.

Va oscilando, y ahora se ha recuperado. Llegamos a tener un númerus clausus de ochenta alumnos hace unos años. Con los 25 actuales en primero, está bien para que encuentren trabajo.

¿El turismo nos democratizó?

Hablo de su impacto en un capítulo, el turismo provocó un cambio radical de la sociedad, pero el fenómeno migratorio fue más poderoso. Melià hablaba de que «hay una amenaza para la identidad», con costumbres que hasta mediados del siglo XX enlazaban con la conquista de Jaime I. Es decir, con el siglo XIII.

¿No pretenderá que el Andratx donde nació y vive es un pueblo mallorquín?

No lo es. Podría ser cualquier otro lugar del mundo, el Port en concreto. Personalmente puedes hacer pocas cosas, y también fue uno de los pueblos con mayor migración peninsular. En Andratx se incumplía aquello de que en los recreos de la escuela franquista se hablaba en catalán.

¿Qué verán sus ojos nacionalistas?

A nivel de lengua continuará el retroceso. En un sentido político más amplio, no creo que cambie la dependencia de España, que puede empeorar según quien gobierne.

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