En una sola mañana en el Senado, el Govern ha logrado demostrar que el REB estaba enterrado por el Gobierno de Sánchez, y que Madrid nos roba pero ahora en clave socialista. Por si esto fuera poco, el voto en contra del PSOE ni siquiera se ha impuesto, una muestra de debilidad imperdonable. Además, el Consolat ha conseguido que el PP lidere una exhibición de fuerza que exhuma el Régimen Especial, aunque sea nominalmente. El recuento de errores engorda por la visibilidad adicional concedida a Marga Prohens, con lo cual se transmite la doctrina sumisa de que el futuro de Balears se decide en Madrid. En fin, la prepotencia ha vuelto a cegar al Govern, que no se tomó en serio la petición de auxilio de Més.
El PSOE entierra el REB a solas. El trabajo ingente desarrollado por Vicenç Vidal, para arropar la aplicación de las medidas fiscales con el apoyo de los partidos minoritarios, desquita al exconseller de la sesión del Consell de Govern en que Cati Cladera y Iago Negueruela lo llevaron al borde de las lágrimas. Més abandonó aquella reunión del ejecutivo balear en bloque, la prepotencia no es de nuevo cuño.
Derrotado en esta ocasión por el PP y por el senador de Més, el macroconseller Negueruela disparató que ya «se pueden hacer votaciones». Esta descalificación del mecanismo básico de la democracia no solo lo coloca en línea con Mario Vargas Llosa, sino que obliga a plantearle cómo cree que ha accedido a su cargo.
