La conselleria de Asuntos Sociales celebró ayer la reforma del Reglamento de la Ley de Extranjería que facilitará la concesión del permiso de residencia y de trabajo a menores extranjeros no acompañados —también llamados menas— cuando cumplan los 18 años. El objetivo de la reforma es facilitar a estos jóvenes el tránsito a la vida adulta después de haber vivido tutelados por la administración hasta alcanzar la mayoría de edad. «Se cumple una reivindicación que pedíamos desde hace tiempo. Les tienes que dar el instrumento para que sobrevivan porque si no estás creando una bolsa de pobreza y de absoluta vulnerabilidad económica», subrayó Fina Santiago, consellera de Asuntos Sociales del Govern.

El actual sistema les pone muy difícil su emancipación porque, entre otras cosas, para obtener el permiso necesitan acreditar un contrato de un año de trabajo. «Eso no tenía sentido porque hablamos de personas sin apenas cualificación. Estamos contentos porque eso cambiará», indicó Santiago, quien estimó que en Balears hay un centenar de extutelados que han cumplido la mayoría de edad, muchos de los cuales podrán regularizar su situación cuando la reforma entre en vigor, dentro de unos dos meses.

Una docena de esos jóvenes han pasado por la Fundación Natzaret, que también celebra esta reforma. «Ahora salen con un NIE que caduca al año, y se encuentran con el problema de que no pueden trabajar porque no tienen el permiso de residencia», valoró Pep Olivares, coordinador de proyectos de emancipación de la Fundación Natzaret. «Con esta reforma podrán llevar una vida normal. Hasta ahora era muy difícil porque sin residencia no pueden matriculase en un instituto o en un curso del Soib», recordó Olivares.