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Boulevard | Francina Armengol vuelve a la política, quedan avisados

Tras ser condecorado por la Policía Nacional, el tenista Rafa Nadal y su esposa Mery Perelló fueron a cenar al Flanigan de Puerto Portals, el restaurante favorito y algo más de Juan Carlos I

Armengol sorprendió por su retentiva en la entrega de los premios de este diario, puesto que nombró a los seis premiados y enlazó sus méritos en un discurso trenzado sin necesidad de consultar papeles, lanzando otro mensaje de que se apresta al combate. Manu Mielniezuk

Me encuentro con Francina Armengol en la entrega de los premios de este diario. Como somos mallorquines ejemplares, ambos decidimos reírnos. Cuando llevas 22 años diseccionando críticamente a una gobernante que cada vez es más poderosa, quizás te estás equivocando y deberías replantear la estrategia. A mi favor, el éxito político se mide únicamente por el resultado de las próximas elecciones.

El balance de la conversación es más valioso que cualquier cita textual. Después de unos años de ausencia por pandemia y cuestiones personales, Armengol ha vuelto a la política, quedan avisados. Y por mucho que se le discuta su trato con el coronavirus, la presidenta piensa que ha salido inmunizada. Su rival Marga Prohens no se limitará a sustituirla según pretende, tendrá que derrotarla para acceder al Consolat. El cambio de candidata del PP era imprescindible para no fallecer de inanición, pero ha estimulado a la doble vencedora socialista.

La primera condición para ganar unas elecciones es adquirir la conciencia de que puedes perderlas, y Armengol cumple con este requisito. El pánico es una fuente inagotable de energía, dispara los mecanismos de alerta y aguza el ingenio. Tanto en 2015 (34-25) como en 2019 (32-27), la victoria de la izquierda era ineludible, aunque solo fuera porque sus depauperados antagonistas eran Bauzá y Company. En cambio, en las autonómicas de 2023 se recuperará la tradición del 30-29 en el Parlament, con lo cual cada escaño vale su peso en oro.

La combativa Armengol disfruta más de la brega que de abrillantar su currículum. Con todo, y tras la íntima satisfacción de desbancar a Francesc Antich como referente de la izquierda con dos mandatos consecutivos, pretende adquirir el rango transversal de Gabriel Cañellas. El patriarca es el único político mallorquín que saltó las barreras ideológicas y simbolizó a una sociedad entera, no solo para mal.

De hecho, el presidente de una poderosa patronal que asistió a la entrega de premios le comentaba a un conseller, «qué voy a deciros. Soy del PP, pero los míos no me hubieran dado la mitad de lo que me habéis dado vosotros». Esto se llama cañellismo transversal, personajes inverosímiles aplauden a un Govern de izquierdas al que en ningún caso van a votar. Al menos garantizan la paz social y zancadillean la campaña de la derecha.

Le planteo a Armengol su continuidad y despista que ella no ha garantizado su cabeza de cartel en el 2023, cuando en realidad le estoy preguntando por el 2027 que no descarta. Ahora bien, los escasos fanáticos de la política local deben recordar que las autonómicas se resolverán en aplicación de dos factores exógenos:

1. Las generales fechadas también en principio en 2023 opacarán las cuitas provincianas, habrá resultados simétricos en Congreso y Parlament.

2. La inflación, el brutal impuesto de los gobiernos confinadores y manirrotos a los ciudadanos. Para mi sorpresa, Armengol se me adelanta en la mención de esta amenaza, rematada por el desabastecimiento.

El factor endógeno es el aplastamiento de los vecinos. El PSOE necesitará la fortaleza de Més y Podemos, aunque sea a costa de los propios socialistas. Antes de nuestro intercambio, la imagen que hoy nos ilustra se remite al momento en que Armengol sorprendió por su retentiva en la entrega de premios, puesto que nombró a los seis galardonados y enlazó sus méritos en un discurso trenzado sin necesidad de consultar papeles, lanzando otro mensaje de que se apresta a la lucha.

Tras ser condecorado por la Policía Nacional el viernes uno de octubre, Rafa Nadal y su esposa Mery Perelló fueron a cenar al Flanigan de Puerto Portals, el restaurante de Miguel Arias favorito y algo más del Rey Juan Carlos I. Allí se encontraron con la plana mayor del Hospital Clínic barcelonés, al que la Fundación del tenista ha efectuado importantes aportaciones. En concreto, Josep Maria Campistol, director general del centro, Antonio Alcaraz, jefe de Urología además de autor de un número ingente de trasplantes de riñón, y Antonio de Lacy, jefe de Cirugía Digestiva. No, no esperen encontrar a Felipe VI en ese establecimiento donde tan bien se come.

Reflexión dominical cualitativa: «Para admirar a una persona, antes debes conocer todos sus defectos».

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