En la segunda mitad del mes de junio Baleares, y Mallorca concretamente, se convirtieron en un foco mediático y vírico. El macrobrote de coronavirus originado con la continua llegada de estudiantes por los viajes de final de curso provocó más de 1.150 positivos y 4.800 aislados repartidos por toda la geografía española. En las islas, además, este hecho marcó el inicio de la quinta ola de la pandemia.
Los afectados eran de doce comunidades autónomas distintas, incluyendo a Baleares, siendo Madrid la que tenía un mayor número de jóvenes con covid -más de 400- y aislados -unos 3.000 totales-. Las otras autonomías afectadas fueron el País Vasco, Catalunya, Andalucía, la Comunidad Valenciana, Galicia, Murcia, Castilla y León, Castilla-La Mancha, Aragón y Asturias.
El ya famoso concierto celebrado en la Plaza de Toros de Palma el 15 de junio, donde no se respetaron las medidas sanitarias, y según acabaría reconociendo el propio Govern, fue uno de los principales focos de la expansión del brote de coronavirus, junto a los botellones llevados a cabo en s’Arenal. De hecho, el mismo día del evento hubo un informe de la dirección general de Emergencias que advertía de sus riesgos, ya que ante el «previsible consumo masivo de drogas y alcohol» no se cubrirían las necesidades solo con una enfermería, sino que «se necesitaba una ambulancia en el recinto».
