¿Qué siente ante este reconocimiento?

Fue una sorpresa, la verdad que no lo esperábamos. Somos un proyecto de innovación en salud con algún reconocimiento a nivel internacional, y hace mucha ilusión que el reconocimiento esté tan cerca, en casa, y especialmente después de una pandemia que ha pegado muy fuerte en todo el mundo. Nos sentimos muy agradecidos.

Vuestras investigaciones se centran en dos enfermedades que provocan la aparición de calcio en la sangre: la calcifilaxis y la afección arterial periférica. ¿Por qué?

Estábamos estudiando la calcificación cardiovascular en el doctorado, y hace 15 años realmente no conocíamos la calcifilaxis, nuestra principal investigación de hoy. En el 2009, cuando la empresa ya llevaba cinco años en marcha, en una colaboración con el Hospital Clínic de Barcelona nos dijeron que realmente había una forma extrema de calcificación llamada calcifilaxis. A raíz de ahí empezamos a investigarla más y más, y nos pareció una necesidad médica tan importante que nos metimos de lleno.

¿Qué provoca que sea una necesidad médica tan importante?

Ambas son enfermedades raras. Entre Europa y Estados Unidos hay menos de diez mil enfermos de calcifilaxis y 325 mil afectados por la enfermedad arterial periférica.

¿Sería la primera posible cura para estas afecciones?

No hay ningún medicamento ahora mismo para la calcifilaxis. Nosotros estamos en la tercera fase, en el estudio con humanos. Si sale bien, tendremos un medicamento para una enfermedad rara que mata al 80% de la gente que la tiene y al 55% en el momento que se diagnostica prácticamente. Se evitaría la calcificación y, por tanto, que se mueran los tejidos por la poca circulación de la sangre que provoca la aparición del calcio en las arterias.

Este sector, el de la biomedicina y el desarrollo de medicamentos, parece un nicho de mercado complicado.

El problema principal fue que en 2004 no había un ecosistema de innovación y de biomedicina en España. Muchos de los inversores que han apostado por nosotros hoy no existían ese año. Por ejemplo, fuimos la primera inversión de La Caixa en este ámbito. A partir de ahí, hemos ido creciendo con este país, ya que se han creado varios fondos de capital riesgo, y cuando se forma este ecosistema y se consolida en cierto modo, tienes fuentes de financiación donde acudir.

¿España apuesta por la innovación?

Muy poco. La biotecnología existe porque su razón de ser es la investigación y la innovación. Nosotros hacemos un 100% de innovación, cada día damos un pequeño paso que nadie nunca ha hecho antes, ya que estamos con medicamentos para enfermedades raras que por ahora no tienen cura. Para hacerse una idea, en Corea del Sur el 4% del PIB se dedica a I+D, el 3% en EE UU, 2% en Europa, 1% en España y 0,4% en Balears. Es nuestra realidad, y por eso no me canso de decir al Govern que se necesitan más recursos, debe hacer de palanca.

¿La pandemia ha cambiado la percepción en cuanto a la voluntad de investigar enfermedades?

De la sociedad creo que sí, del sector político no. Veo las palabras de los políticos, que todas son muy buenas, pero solo son eso, palabras. No veo que se conviertan en hechos o en un punto de inflexión, y si no es ahora, no sé cuándo será.

¿Se suele invertir más en las enfermedades raras para conseguir una cura o despiertan escepticismo en los fondos de inversión?

Hace unos años, a nivel de industria farmacéutica, no había interés ya que no hay muchos enfermos y, por tanto, no hay un negocio detrás. Sin embargo, últimamente hay muchos fondos de inversión que financian proyectos de este estilo. En la última década, entre el 30% y el 50% de los nuevos medicamentos que se autorizan son dedicados a enfermedades raras.

Optáis a recibir 100 millones de euros de los fondos europeos Next Generation.

Podríamos financiar la tercera fase del estudio con la enfermedad arterial periférica y preparar el medicamento para la calcifilaxis. Estamos en una pandemia, saldremos de ella gracias a la innovación en salud y biomedicina, y se debería dedicar una parte de los recursos a estos ámbitos. No significa que se financie todo el proceso, una gran parte la asume la empresa, pero sí que hagan de palanca.

¿Cuáles son vuestros objetivos a largo plazo?

Nuestra empresa está especializada en calcificación, así que no nos podemos poner a hacer oncología porque no tenemos este perfil. Lo ideal sería crear una estructura comercial para poner el medicamento a disposición de los enfermos. Después quedan más de 30 enfermedades relacionadas con la calcificación, con las que ya trabajamos en moléculas mejoradas de segunda generación, volviendo a empezar así el proceso. Es la visión a largo plazo de la compañía, pero lo que pase depende de cómo vayan los estudios.