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Boulevard | El Tribunal Superior prohibirá las fiestas patronales de Palma por «innecesarias»

La limitación del alquiler turístico adoptada por Cort en 2018 fue votada y aprobada en las elecciones municipales de 2019, pero la voluntad ciudadana no preocupa a los jueces que aplaudieron la farmacia de Bauzá

Mientras castellanistas y catalanistas dirimen la triste segunda plaza, el orondo idioma dominante ocupa la mayor parte de la superficie, también en la esquina Dragonera/Alzina de son Espanyolet, donde la leyenda ilegible se redondea «Para llevar o domicilio».

S i la larga historia de esta isla nuestra ha de llegar a su fin, que sea solo por yacer todos en tierra, ahogándonos en nuestra propia sangre». Ya sé que suena actual, pero es Churchill cosecha de 1940, dirigiéndose a un gabinete que debatía «entablar negociaciones con Ese Hombre». Qué trascendentales nos ponemos al hablar de islas, ya se trate de Sir Winston o de Armengol.

No todos los políticos disponen de la naturalidad desenfadada de José Hila, que ridiculiza la jocosa sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Balears en pro del alquiler turístico por el expeditivo procedimiento de no tomarla en consideración. Es lo más educado que el texto merece. La prohibición solo en plurifamiliares llegó a la portada del New York Times, con Antoni Noguera de alcalde. Los demandantes ya cargaron contra Cort por la vía penal, cargados de argumentos políticos. Fracasaron, pero la sala de lo Contencioso del TSJ acoge todas las denuncias a la autoridad, siempre que sea de izquierdas. Y eso que está presidida por un teórico progresista, escribir las sentencias en catalán no garantiza su contenido.

La limitación del alquiler turístico adoptada por Cort en 2018 fue votada y aprobada en las elecciones municipales de 2019, dado que se reeditó la mayoría previa. La voluntad ciudadana no es la primera preocupación de los jueces, dos miembros del tribunal aplaudieron que Bauzá compatibilizara la presidencia del Govern con la gestión de una farmacia sufragada en gran parte por el Govern. Puede hablarse por tanto de la coherencia radical de la nueva sentencia.

Sostiene el Supremo que «se debe ponderar la protección del medio ambiente y el entorno urbano, evitando los efectos negativos que pueda tener la comercialización de estancias turísticas en viviendas». ¿Qué parte de «protección del entorno urbano» no han entendido? Dice la sentencia del TSJ que la norma de Cort es «innecesaria». Si van a suprimir todo lo «innecesario», que contiene Palma, desde una farola a un velódromo, los jueces estarán muy ocupados y la ciudad quedará desierta. En su celo del estado de necesidad, deben prohibir de inmediato las fiestas patronales, otra manifestación «innecesaria». Cuando los magistrados juegan vanamente a políticos, refulge el mérito que asiste a los profesionales de la disciplina.

Solo deseo a los partidarios del alquiler turístico ilimitado que les pongan una puerta giratoria de tres grupos turísticos a la semana en el piso vecino. Así podrán disfrutar de las sanas celebraciones de madrugada, de la suciedad añadida, de las llamadas equivocadas a medianoche, de la okupación de plazas de garaje. Y en ninguno de esos casos se halla cerca el propietario y beneficiario del alquiler turístico, que ha huido lo más lejos posible.

Los partidarios de que cada médico atienda en el idioma que le plazca no suelen contemplar la hipótesis de que un facultativo empleara exclusivamente el catalán en sus consultas. En esta hipótesis, inverificable por la amable predisposición a pasar al castellano de quienes se expresan en la lengua propia de Balears, los dogmáticos exigirían la flexibilidad inmediata. Es una trifulca a punto de resolverse, por la mutua destrucción asegurada.

En la imagen que hoy nos ilustra, y mientras castellanistas y catalanistas dirimen la triste segunda plaza lingual, el orondo idioma dominante ocupa la mayor parte de la superficie, también en el establecimiento de comidas Dragonera esquina Alzina de son Espanyolet. Sobre la animada leyenda, ilegible para quienes con un solo idioma lo tenemos dicho todo, se yergue un clarificador «para llevar o domicilio». Un día asistiremos a la creación de un Comité contra la Extinción de las Lenguas Romances. O Románticas, que decía Bauzá.

El premio Ciutat de Palma de Audiovisuales lleva el nombre de Maria Forteza, cupletista que lo denominaría en cuanto pionera del cine sonoro español con los ocho minutos de su Mallorca. Sin embargo, la Wikipedia matiza que fue «quizá la primera mujer que dirigió», y de esa duda debe arrancar el trabajo de los historiadores en evitación de sorpresas. En los rótulos iniciales del filme aparece un inequívoco «Dirección: Maria Forteza». Contemplo el corto, que resume la sórdida placidez de la isla en los años treinta.

Reflexión dominical indiferente: «El exceso de dramatismo es menos peligroso que el manfutismo».

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