Los clientes de prostitución en Baleares prácticamente se duplican cuando llega la temporada de verano, un fenómeno que se atribuye al aumento de la población flotante y de residentes temporales en las islas y que por las restricciones se ha trasladado de los clubes de alterne o la calle a pisos.

El profesor de la Universitat de les Illes Baleares (UIB) Lluís Ballester, miembro del Grupo de Investigación y Formación Educativa y Social, explica que el número de clientes estables de servicios de prostitución en las islas se estima en 70.000 personas. Comienza a notarse un aumento cuando llegan temporadas vacacionales como Semana Santa, pero este año ha sido en agosto cuando ha habido más entradas y la actividad se ha incrementado considerablemente.

Se estima que en Baleares, alrededor de 2.500 personas, la gran mayoría mujeres, se encuentran en situación de prostitución cuando aumenta el número de población. En cualquier caso, aclara Ballester, la cifra nunca baja de 700 personas víctimas de prostitución a lo largo del año.

Desde Médicos del Mundo señalan que, en lo que va de año, se ha notado un descenso en las cifras de prostitución, si se comparan con los datos de 2019. Según la ONG, se debe a que la pandemia ha hecho descender el número de mujeres que llegan de otros países, «ante la imposibilidad de salir» de su territorio.

Uno de los efectos de la pandemia es el traslado de la actividad a los pisos, lo que sumado a las nuevas tecnologías, ha provocado una mayor descentralización de la prostitución, haciendo cada vez más difícil el seguimiento de las víctimas: es lo que se ha bautizado como ‘prostitución oculta’ o ‘deslocalización’.