El grupo parlamentario de Ciudadanos votará a finales de la próxima semana la expulsión de Maxo Benalal del grupo parlamentario, después de que fuera expulsado del partido a finales de mayo. Ganar esta votación es fundamental para que Benalal deje la mesa del Parlament y se convierta en diputado raso. Lo que ocurre es que las fuerzas están dividas entre los cuatro diputados naranjas en el Parlament.

Patricia Guasp, portavoz naranja, admitió que la propuesta de expulsión se tratará en el grupo parlamentario una vez comenzado el curso político, a menos que antes de la fecha señalada el propio Benalal renunciase al acta.

De acordarse la expulsión, ello implicaría que Benalal, que actualmente se mantiene como secretario segundo de la Mesa del Parlament, saldría de este órgano. Sin embargo, conservaría el acta de diputado y pasaría a formar parte del Grupo Mixto, de manera que Cs se quedaría con cuatro diputados en lugar de los cinco actuales.

Por otra parte, Patricia Guasp, anunció ayer que el comité autonómico de la formación aprobó un plan de acción para afianzarse como alternativa: «Cs es el único partido capaz de hacer que cambien las cosas y en 2023 seremos decisivos», aseguró.

La líder naranja lamentó que el Govern haya recibido tantos varapalos de la justicia respecto a las restricciones sobre la covid-19. En este sentido, se alineó con la presidenta Armengol y el líder nacional del PP, Pablo Casado, pidiendo un marco jurídico nacional para no tener que depender de los tribunales.

Guasp también mostró su preocupación por los fondos europeos. La portavoz naranja teme que el dinero de Europa se «gaste en proyecto electorales y no se destine a reactivar la economía».