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Antoni Amengual, presidente saliente de El Pi: «No quiero ser la marioneta de nadie, estoy decepcionado»

En una carta a la militancia, Amengual lamenta «la situación vivida en las últimas semanas», diferentes episodios que no menciona, pero que fueron minando la moral de la cúpula

Antoni Amengual comparece para explicar su dimisión como presidente de El Pi

«No quiero ser la marioneta de nadie, ni lo he sido nunca, ni pienso serlo». Con estas palabras se dirigió ayer el presidente saliente de El Pi, Antoni Amengual, en una carta dirigida a la militancia del partido y titulada ¡Hasta siempre! Amengual se refiere en la misiva a «la situación vivida estas últimas semanas», como la causa de haber visto que «no existe consenso» en el partido en torno a su liderazgo, se muestra «decepcionado por la actitud de alguna gente frente a la dirección del partido».

«Pensaba formar parte de una dirección de consenso, surgida de un congreso de consenso que trabajar en equipo por un proyecto colectivo, pero la situación vivida estas semanas nos ha hecho ver que ese deseado consenso sólo existía en el imaginario de los miembros de la dirección», expresa Amengual en su carta, donde sentencia que «no estoy al frente de El Pi para cavar trincheras ni para alentar venganzas con luchas fratricidas, pero tampoco para seguir viviendo en el engaño». «Estoy decepcionado por la actitud de gente frente a la dirección del partido», acaba expresando el ahora presidente saliente en su carta.

Sin embargo, ni en la rueda de prensa en la sede del partido ofrecida ayer ni en la carta a la militancia, llegó a concretar los motivos ni a detallar mucho más a lo que se refiere con «la situación vivida en estas últimas semanas». No obstante, sin aparentemente un detonante claro de la dimisión, diversos episodios habrían ido minando en el último mes el ánimo en la cúpula y caldeando la relación entre los dos sectores enfrentados dentro del partido.

Suspicacias por el candidato

Según relatan fuentes del partido, los acontecimientos empiezan a precipitarse hace dos meses. Con el PP con congreso ya este mes y PSOE, Podemos y Més durante el otoño, la cúpula de la formación decide también empezar a engrasar su maquinaria planeando una convención a finales de año que se debía aprovechar para decidir el candidato de la formación. Es a partir de ese momento cuando empiezan las suspicacias entre sectores.

Por un lado, trasciende en los mentideros del partido un supuesto pacto entre Amengual y Lina Pons -algo que ella misma se encargó de negar ayer públicamente- y ante ello, por otro, empieza a moverse el entorno de Melià. Si bien ni Amengual ni Melià se postulan en ningún momento para ser candidatos, las espadas de uno y otro lado se ponen en alto.

También con la confección de las listas en el horizonte se abre el debate de qué hacer ante el proyecto que está gestando el alcalde de Santa Margalida -coaligado en el municipio con El Pi- Joan Monjo. Mientras la dirección del partido apuesta por ignorar su OPA hostil, desde el entorno de Melià se apuesta por su integración. Otro motivo de fricción y desconfianza entre los dos sectores enfrentado en las filas regionalistas.

Críticas internas

Otro episodio de tensión es la entrevista a Lina Pons publicada en la contraportada de este diario, donde la portavoz del partido respondía que «Prohens [en alusión a la nueva líder del PP] es un titular con Irene Montero, me quedo con Armengol». La sensación de que la portavoz del partido se mojara tanto en un asunto de tanta relevancia como la estrategia de posibles pactos del partido fue objeto de duras críticas internas, que sirvieron a personas fieles a Melià para cuestionar incluso la idoneidad de Pons como portavoz del partido.

Finalmente llegó la carta firmada por algunas agrupaciones fieles a Font en las que se pedía a la cúpula de Amengual que invitara a Melià a dejar todos sus cargos en el partido e incluso su acta en el Parlament. Un nuevo episodio que acabó como siempre: con Melià impasible y la dirección con sensación de impotencia.

El lunes por la tarde todo estalló en la ejecutiva del partido.

Amengual hace balance con un «sabor agridulce».

Carta a la militancia.

Carta a la militancia.

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