Como si de una metáfora se tratara, en plena comparecencia de Antoni Amengual para explicar su dimisión como presidente de El Pi, la sede de los regionalistas ha quedado a oscuras, yéndose a negro. Sin embargo, lo que dibuja ahora un futuro plagado de sombras no es el fallo del cuadro eléctrico de su sede, sino un nuevo cortocircuito interno en el seno del partido, de nuevo por las rivalidades personales entre “dos sensibilidades que no se pueden mezclar”, en palabras de la hasta ahora número dos y que también da un paso a un lado Lina Pons. Amengual ha sido más críptico que su compañera, pero suficientemente claro para señalar a los antiguos miembros de Unió Mallorquina (UM) y al líder del sector Josep Melià como responsables de la nueva crisis: “Hay personas que deberían reflexionar sobre su papel y su actitud en el partido”. Cortita y al pie.

El hombre que había asumido las riendas del partido hace un año emergiendo como figura de consenso tras la traumática salida de Jaume Font, Antoni Amengual, anunció ayer su renuncia junto a otros seis miembros de la cúpula, entre ellos la número dos y portavoz en el Parlament, Lina Pons. Un año después de la salida de Font, el partido queda de nuevo roto y descabezado. Amengual ha explicado ante los medios que, como el pobler, dejará su cargo en el Consell y la política.

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Antoni Amengual comparece para explicar su dimisión como presidente de El Pi Manu Mielniezuk

Nos lo han puesto difícil. Hay fidelidades de hace años que taponan el crecimiento del partido. Nuestro proyecto ha chocado con proyectos personales”, ha disparado sin nombres, pero con suficiente claridad Amengual contra Melià y sus afines, procedentes de la extinta UM. “Hay personas que no han sabido encontrar su sitio en el partido y deberían reflexionar sobre su actitud y papel en el partido”, ha pronunciado el segundo presidente de El Pi, que dimite en poco más de un año.

Con todo, ha señalado que la salida es para “evitar una guerra fraticida”, si bien ha señalado el congreso del partido como el lugar donde resolver la actual crisis y sin descartar que haya más de una lista, si bien ha garantizado que el no liderará ninguna. De hecho, a invitado a aquellos a los que ha acusado de “deslealtad” a “dar la cara y ponerse al frente” de la formación.

La número dos, Lina Pons, ha tenido menos reparos en hablar de “fontistas” y “melianistas” y de describir un partido en el que “hay dos sensibilidades que no se pueden mezclar, pensábamos que sí, pero vemos que es imposible”. Si bien el trasfondo parece más personal que ideológico, Pons ha lamentado que algunas personas del partido no le hayan manifestado el compromiso con el que ella entró de que no se pactaría con Vox y ha lamentado la entrada de El Pi en el gobierno municipal de Llucmajor, con ex ediles de Vox y ASI: “PP y Cs no me molestan”.