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Desperfectos tras el paso de los estudiantes en el Hotel Bellver: Paredes, muebles y espejos rotos

Los desperfectos provocados por el paso de los estudiantes de la península confinados han obligado al Hotel Bellver a pintar balcones y habitaciones, reemplazar mobiliario y acometer reparaciones por un valor de 1.820 euros

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Desperfectos tras el paso de los estudiantes en el Hotel Bellver: Paredes, muebles y espejos rotos DM

Cumplida la cuarentena aquellos que dieron positivo, los únicos a los que la jueza permitió retener, ya no quedan estudiantes de la península en el Hotel Bellver de Palma, convertido en hotel covid por el Govern. Sin embargo, durante días ha quedado el rastro de su paso después de más de cuatro días en el establecimiento: marcos de puertas reventados, comida en las paredes, y mesitas, espejos y mamparas de ducha rotas. La huella de los mismos jóvenes cuyos padres defendían el comportamiento ejemplar de sus hijos y que se quejaban de que para comer no les ofrecieran una oferta culinaria superior a las albóndigas y lentejas que les sirvieron. Unos desperfectos cuyo coste asciende hasta los 1.820 euros.

Como si en lugar de jóvenes estudiantes se hubiera tratado de un mal temporal o de un asalto violento, la consellera de Presidencia, Mercedes Garrido, aprovechó ayer su comparecencia en el Parlament para hacer el balance de daños materiales en el Bellver.

A raíz del paso de estos adolescentes, el Hotel Bellver ha tenido que pintar íntegramente 22 balcones y dos habitaciones por restos de comida y marcas de zapatos en las paredes. Se han tenido que remplazar además una mesilla, un espejo de aumento del baño y una mampara de ducha rota. También se han tenido que arreglar grietas y roturas en los marcos de las puertas en tres habitaciones.

Más de siete horas de trabajos

En total, unos desperfectos cuya reparación ha supuesto más de siete horas de trabajos de albañilería y pintura, a los que hay que sumar los materiales o el mobiliario a reemplazar, y que ha subido hasta los 1.820 euros, según el resumen entregado al Govern por parte de la propiedad del establecimiento, la cadena Meliá Hotels.

Marcos de puertas reventados, una mampara rota o comida en las paredes, entre el rastro de los jóvenes

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El informe presentado viene acompañado de las imágenes que acompañan estas líneas, donde se puede ver desde el estado de las paredes, o bien manchadas o agrietadas, así como la mesilla totalmente rota o el estado en el que los trabajadores se encontraron los balcones desde los que los jóvenes confinados protestaban por su «secuestro» de día y desde los que hacían subir con sábanas enrolladas alcohol de establecimientos cercanos por la noche.

Cabe recordar que durante su estancia, la Policía Local tuvo que personarse ante las llamadas de huéspedes de hoteles cercanos denunciando el ruido y la música en las habitaciones y que pudo verse a algunos jóvenes saltar a plena luz del día de una habitación a otra a través de los balcones. «Estaban confinados y seguían exponiéndose a situaciones de riesgo», lamentaba ayer la consellera de Presidencia del Govern, Mercedes Garrido.

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