Diario de Mallorca

Diario de Mallorca

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Los yates de alquiler de Baleares salen a flote con el regreso de los extranjeros

La patronal reconoce que «todos estamos rezando para que no haya repuntes de la covid»

Imagen de la feria náutica celebrada recientemente en el puerto de Palma.

El sector de los yates de alquiler de las islas comienza a sacar la cabeza fuera del agua tras un 2020 que se saldó con el cierre de un apreciable número de empresas al caer su actividad a niveles mínimos. Como casi todas las buenas noticias económicas de Balears, ésta también esta relacionada con el regreso de la clientela extranjera, aunque manteniendo un buen nivel de demanda por parte de la española, según subraya el presidente de la asociación empresarial de este sector, José María Jiménez.

Junio ha reflejado ya esta mejoría, con unos resultados notablemente superiores a los de 2020. Aunque el verano pasado fue la clientela española (incluida la de los propios baleares) la que le permitió al sector no desplomarse, y ésta se está reduciendo pese a que mantiene un buen nivel, lo que esta generando unos ingresos superiores a los de junio del ejercicio anterior es el retorno de los extranjeros, con reservas para alquilar barcos por parte de alemanes y franceses, entre otras nacionalidades europeas, y ello a pesar de la ausencia de los británicos.

Para julio y agosto, las expectativas son mantener unos resultados que al menos sean similares a los del pasado verano, que fueron muy aceptables gracias a la citada demanda nacional, y el mes para el que se pronostica de nuevo una apreciable mejoría es septiembre, dado que el balance de ese mes durante 2020 fue muy malo y ahora las previsiones son positivas.

José María Jiménez pone de relieve que esta evolución al alza, aunque no se alcancen los niveles previos a la pandemia (se estima que en julio y agosto se alcanzará al menos un 60% de las contrataciones de 2019 y en septiembre se podría llegar a un 75%), supone una magnífica noticia por varios motivos.

El primero es que se va a frenar muy considerablemente la sangría de empresas de alquiler de embarcaciones que ya se han quedado por el camino, ya sea porque han optado por cerrar o porque habían trasladado sus embarcaciones a otros lugares. Pese a ello, no se oculta que la precaria situación en la que han quedado algunas compañías dedicadas al chárter náutico puede hacer que todavía se registre alguna caída durante los próximos meses. Sin embargo, se apunta que «la factura se pagó el año pasado», y se pronostica un 2021 mucho más estable.

"Como la mala hierba, nunca desaparecen del todo", se afirma sobre los barcos que se alquilan ilegalmente

decoration

Pero el repunte de los extranjeros se aplaude muy especialmente porque se trata de un tipo de turista de un elevado poder adquisitivo, por lo que su presencia en las islas tiene un impacto directo sobre otros sectores, como la restauración o el comercio. En este sentido, se recuerda el repunte de ventas que registraron establecimientos del centro de Palma durante la reciente celebración de la feria náutica.

Todas estas previsiones de crecimiento se sustentan en la esperanza de que la situación sanitaria de Balears se mantendrá en unos niveles positivos. «Todos estamos rezando para que no se produzca ningún repunte en los contagios» y para que el ritmo de vacunaciones siga siendo alto, según reconoce el presidente de la citada organización empresarial.

Presencia de ‘piratas’

Lo que se ha evitado por ahora, según afirma José María Jiménez, es que se abra una guerra de precios en el sector, por lo que éstos se mantienen estables, aunque sí subraya que este año se detecta de nuevo un elevado nivel de ‘piratería’, es decir, de alquiler de embarcaciones que no aparecen en el registro creado por la Comunitat Autònoma para poder dedicarse a esta actividad, aunque se mantenga en niveles inferiores a los que se detectaban antes de la pandemia. «Como la mala hierba, nunca desaparecen del todo», según se lamenta este representante empresarial.

De este modo, se señala la notable presencia de estos barcos amarrados en boyas para evitar tener que entrar en los puertos.

Un aspecto que se lamenta es que se siguen produciendo cancelaciones de último minuto, aunque en unos niveles muy inferiores a los del pasado año, en el que estas prácticas supusieron una agonía para el sector, con muchos casos en los que el cliente ni siquiera se presentaba el día acordado sin haberse molestado en comunicar su intención de suspender su viaje.

Compartir el artículo

stats