Con motivo de la celebración este domingo del Día Europeo de la Prevención del Cáncer de Piel, el presidente de la AECC Baleares, el doctor Javier Cortés, ha subrayado la importancia de una correcta protección solar y el cuidado de la piel y no tomar el sol durante periodos prolongados, especialmente de 12.00 a 16.00 horas.

El doctor Cortés ha insistido en la necesidad de usar protector solar adaptado al fototipo de piel y evitar estar al sol durante periodos prolongados, especialmente en las horas centrales del día, unos consejos que pueden reducir el riesgo de desarrollar cáncer de piel, especialmente en personas con pieles sensibles cuyo fototipo cutáneo es "bajo".

Con motivo de la celebración de este día, la Asociación Española de Lucha Contra el Cáncer (AECC-Baleares) instalará carpas informativas en diversos municipios de Mallorca, Menorca, Ibiza y Formentera en junio y julio.

En 2020, en Baleares hubo 123 nuevos casos de melanoma, cuya mortalidad se situó en el 20 %, y 425 casos de tumores malignos de la piel de tipo no melanoma.

La importancia del melanoma reside, más que en su frecuencia, en su rápido aumento en países desarrollados desde los años 50 y que este crecimiento está relacionado directamente con la exposición solar por motivos estéticos y de ocio. Alrededor del 81 % de los casos se localizan en países desarrollados.

Por otra parte, los tumores malignos de la piel de tipo no melanoma son muy frecuentes en la población.

Esto significa que tienen una gran incidencia ya que se diagnosticaron 1.198.073 casos en todo el mundo en 2020 (22.922 en España), representando el 6,2 % de todos los cánceres.

La acción de prevención organizada este domingo en Palmanova se repetirá próximamente en Llucmajor, Son Servera, Felanitx, Puerto Pollença, Muro, Alcúdia, Alaior, Es Castell, Maó, Ciutadella y en playas de las Islas Pitiusas como Ses Figueretes y Cala Saona.

La AECC explica que el cáncer de piel es una enfermedad maligna producida por la división y crecimiento descontrolado de las células que la forman, con capacidad para invadir los tejidos y estructuras sanas de alrededor y, en algunos casos, a otros órganos a distancia.

Existen varios tipos de cáncer de piel, entre los que destacan los melanomas y los carcinomas.

Tanto en los carcinomas como en los melanomas, el principal factor de riesgo implicado en su aparición son las radiaciones solares (fundamental en los carcinomas), sobre todo las de tipo B (UVB) y las de tipo A (UVA).

Por ello, resulta fundamental protegerse adecuadamente, sobre todo durante la época estival, cuando los índices de radiación son más elevados.

Los melanomas son el tipo de cáncer cutáneo menos frecuente, aunque en los últimos años se está registrando un aumento de forma considerable.

Se desarrollan, sobre todo, en personas de piel y ojos claros con dificultad para broncearse y que han sufrido quemaduras solares. Igualmente, la exposición puntual, excesiva e intermitente al sol se relaciona con su aparición, preferentemente en zonas no expuestas al sol habitualmente, como la espalda o las piernas.

Además de la acción de las radiaciones solares, el riesgo que una persona tiene de padecer un melanoma aumenta con la existencia de antecedentes familiares o personales de este tumor, la presencia en la piel de más de 50 o 60 lunares y el padecimiento de quemaduras solares con ampollas durante la infancia, adolescencia y la edad avanzada.

Como suelen presentar lesiones muy características, una señal de alarma es que sigan la regla del A (asimetría del lunar), B (bordes irregulares), C (color no homogéneo), D (diámetro mayor de 5 milímetros) y E (cambio de aspecto en cuanto a tamaño, color, espesor o aparición de síntomas como prurito).

Ante una lesión que presente alguna de estas características, o si se producen cambios en las manchas, costras o úlceras ya existentes, es necesario consultar con el dermatólogo a la mayor brevedad posible.

Por otra parte, los carcinomas cutáneos son los tumores más frecuentes del ser humano y aparecen sobre todo a partir de los 50 años, principalmente en personas expuestas al sol de forma crónica, como trabajadores al aire libre. Con gran frecuencia, las lesiones se localizan en la cara, el cuello y las manos.

Ante la aparición de cualquier alteración, lesión nueva o el cambio de alguna ya existente, se debe consultar con el dermatólogo.