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Jaume Carot Rector electo de la Universitat de les Illes Balears (UIB)

«Espero tener margen de maniobra para suspender al profesor condenado por acoso»

«No soy continuista con la etapa de Huguet y además lo demostraré con hechos»

«Convenceré al Govern de que tiene una muy buena universidad, pero infrafinanciada»

Jaume Carot: «Espero tener margen de maniobra para suspender al profesor condenado por acoso»

Jaume Carot: «Espero tener margen de maniobra para suspender al profesor condenado por acoso» G. Bosch

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Jaume Carot: «Espero tener margen de maniobra para suspender al profesor condenado por acoso» Jaume Bauzà

Jaume Carot (Tortosa, 1960) sigue ocupando su despacho de Catedrático de Física en el edificio Mateu Orfila del campus de la Universitat de les Illes Balears (UIB) a la espera de tomar posesión como rector. Tras ganar ampliamente a Carmen Orte en las elecciones del pasado 20 de mayo, inaugurará un mandato de cuatro años que pondrá fin a la larga etapa de Llorenç Huguet.

Si estas elecciones eran una pugna entre continuismo y ruptura, ¿la UIB ha elegido ampliamente continuismo?

Yo diría que no. La UIB ha elegido claramente ruptura. El hecho de que yo haya estado una serie de años con el rector Huguet, y una serie de años con la rectora Casas, no quiere decir que sea continuista. Me desmarco, y además lo demostraré con hechos.

Carmen Orte se mostró sorprendida por la amplitud de su victoria. ¿A usted también le sorprendió?

La verdad es que no tenía demasiada idea de cómo podían ir las cosas, aunque mi sensación era que ganaría las elecciones. Estoy contento por la amplitud de la victoria, pero lo que realmente me satisface es haber ganado los cuatro sectores [profesores con vinculación permanente a la UIB, resto de personal docente e investigador, estudiantes y personal de administración].

Aunque ha subido con respecto a las anteriores elecciones, la participación de los estudiantes no ha pasado del 18%. La gran mayoría no se ha sentido interpelado por las elecciones. 

Sí, pero es una constante en todas las universidades del Estado. En cierta medida lo entiendo porque en mi época de estudiante yo no sabía quién era el rector. Pero me preocupa porque son la razón de ser de la universidad y conviene que tomen parte en las decisiones que les afectan. Tenemos que conectar con ellos. Hay que hacer políticas de abajo hacia arriba, no al revés. No tiene que ser todo para los estudiantes, pero sin los estudiantes, siguiendo un modelo de despotismo ilustrado. Hay que iniciar un nuevo ciclo de relación con ellos para que se impliquen más en la vida de la universidad.

En global la participación solo alcanzó el 26% del censo.

Parece poco, y lo es si lo coges así. Pero si lo miras por sectores la perspectiva cambia, porque hubo un porcentaje muy alto de voto de parte del profesorado y también un porcentaje muy alto del PAS [Personal de Administración y Servicios]. Son los estudiantes los que bajan la participación, y así y todo en estas elecciones la han doblado con respecto a las últimas. 

Carot apura los últimos días en su despacho de Catedrático de Física del campus de la UIB. Guillem Bosch

Después de hacer promesas a todos esos sectores, llega el momento de cumplirlas. ¿Por dónde empezará?

Por aquellas cosas que implican a las personas. Queremos empezar por la creación de una comisión de participación y transparencia en la que estén representados los veinte departamentos de la universidad. Y empezar a caminar hacia un plan estratégico para consolidar plantillas y hacer frente al reto que supone el relevo generacional con garantías de calidad.

Su predecesor se ha cansado de reclamar al Govern una mejor financiación para la UIB. ¿Por qué cree que usted sí lo conseguirá?

No lo conseguiremos el primer año, pero tenemos argumentos suficientemente importantes como para convencer al Govern de que tiene una muy buena universidad, pero infrafinanciada. Quiero dejar claro que estamos muy agradecidos al Govern porque en los últimos años el crecimiento del presupuesto ha sido continuo, además en un contexto que no era demasiado fácil. Pero, como dije durante la campaña, hay un indicador muy interesante que mide el esfuerzo presupuestario de las comunidades autónomas con respecto a sus universidades públicas. Si cogemos las nueve comunidades que tienen una única universidad pública, vemos que Balears es la que menor esfuerzo presupuestario hace para financiarla. Y si vamos a los últimos años, vemos que en 2010 el Govern financiaba a la UIB con el 1,83% de su presupuesto, mientras que ahora estamos en el 1,36%. Así que hay margen para la mejora. Pero también tenemos que ir a buscar el dinero de proyectos europeos y del impuesto de turismo sostenible, cuando su recaudación se haya recuperado. 

¿A estas alturas hay que explicarle al Govern la importancia de tener una universidad pública bien financiada?

 El Govern es consciente, pero hay que recordárselo poniendo los números encima de la mesa. Esta es una muy buena universidad. Hace 43 años no existía en el mapa, pero cuando uno mira el ranking de Shanghái ve que la UIB está entre las 75 mejores del mundo en un área como oceanografía, sobre un total de 30.000 universidades. Y estamos entre las primeras 300 o 400 del mundo sumando otras áreas.

¿Puede garantizar que bajo su mandato no se repetirán episodios de acoso como el que sufrió la profesora Lucrecia Burges?

Eso no puedo garantizarlo. Lo que sí puedo garantizar es que si ocurre, actuaremos de una manera mucho más rápida. Tendremos protocolos contra el acoso y un servicio de inspección que ya se está poniendo en marcha.

La UIB ha tardado dos años en reconocer el acoso y suspender de empleo y sueldo al catedrático Miguel Beltrán. ¿Por qué se ha esperado tanto tiempo para hacerlo?

Supongo que se esperaba que hubiese una sentencia judicial. Los procedimientos son lentos, y personalmente creo que se podría haber actuado de manera cautelar y más rápido. Pero eso no era responsabilidad mía, ni lo ha sido en ningún momento.

Beltrán ha recurrido la sentencia y a día de hoy sigue dando clases. ¿Le incomoda?

Sí. Se le tendría que apartar de la docencia al menos de manera cautelar, a la espera de que se resuelva el recurso.

Como rector, ¿no tendrá margen de maniobra para suspenderlo?

Esperemos que tenga margen de maniobra, sí. 

¿Las clases telemáticas que ha traído la pandemia han llegado para quedarse? ¿Habrá un modelo mixto con clases presenciales?

Lo que no puede ser es que cuando todo esto haya pasado volvamos a hacer las cosas como antes. Hemos aprendido que determinadas cosas se pueden hacer muy bien de otra manera. Pero se tiene que hacer con calma. Estamos pensando en cuestiones como la presencialidad adaptada o presencialidad reducida. Dependiendo de qué cursos o titulaciones estuviésemos hablando. Tendría muchas cosas positivas, como por ejemplo su impacto sobre la presión demográfica en el campus.

Balears tiene desde hace tiempo la tasa de escolarización universitaria más baja del Estado. ¿Hay que dar por bueno el argumento repetido de que aquí los jóvenes encuentran antes trabajo gracias al turismo?

Está muy repetido, pero seguramente ese argumento tiene parte de verdad, pero me gustaría convencer a la sociedad de que la educación superior es un tesoro, un bien difícilmente inigualable. Hay cosas que no tienen precio porque tienen un gran valor. Eso me recuerda a unos versos de Serrat dedicados a su madre: ‘Contigo supe que lo pequeño no es lo necio, y que no hay que confundir valor y precio’.

Un estudio de la Plataforma por la Lengua concluye que sólo el 17,1% de las clases que se imparten los estudios de Derecho se hacen en catalán. ¿Es necesaria alguna iniciativa para que el catalán gane terreno en este ámbito?

El catalán es la lengua propia de la UIB y, junto con el castellano, es oficial. Estudiaremos qué medidas de apoyo y estímulo serían adecuadas para fomentar el uso del catalán entre el profesorado de Derecho, siempre de acuerdo con la Facultad y siguiendo las recomendaciones de otras universidades de la Red Vives.

¿Se construirá la nueva residencia de estudiantes durante este mandato?

Espero que sí. De hecho, es uno de lo temas de los que tengo que hablar con el actual rector para ver en qué punto está. Pienso que es imprescindible, y si fuera posible me gustaría también otra en Palma.

¿Después de estos cuatro años el campus estará lleno de placas solares?

Si no lleno, espero que esté en proceso de llenarse. 

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