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Expertos desaconsejan a Baleares salir a comprar más vacunas

Urgen a acelerar el proceso para evitar que las variantes resten eficacia al fármaco

Las 10 líneas de vacunación instaladas en el hospital de Son Dureta funcionan con fluidez. | GUILLEM BOSCH

Cuando la estrategia de vacunación diseñada para los 27 miembros de la UE parece resquebrajarse, expertos consultados desaconsejan actuar de la misma manera que Austria, Dinamarca, Hungría o la República Checa, entre otros países que están buscando alternativas al cronograma y a los suministros de fármacos pactados por la Comisión Europea, y recomiendan a Baleares que no caiga en el nerviosismo por la escasa llegada de antídotos y que se mantenga fiel a la estrategia global diseñada contra la covid-19.

El profesor de la Escuela Andaluza de Salud Pública, Joan Carles March, se declara a favor de una estrategia de mando único en la gestión de la pandemia y de la vacunación que, lamenta, no ha existido. «Lo que ha sido un error garrafal es la poca claridad de los contratos de la UE con las farmacéuticas y encima no tenemos vacunas suficientes. Por ello, España y Baleares deberían exigir a la UE que se ponga las pilas. Debería comunicarles que así, no. Y que si siguen con esta dinámica, estaremos legitimados a buscarnos la vida en otra parte», apunta.

«El virus es más incisivo de lo que se piensa y pese a que tenemos unas vacunas de una calidad extraordinaria, hay que investigar bien las variantes del virus ya que estas pueden provocar que en tres meses la eficacia de los fármacos baje», advierte. Por ello, March recomienda invertir en las vacunas españolas más esperanzadoras entre las que cita a la que está desarrollando el virólogo Luis Enjuanes y de la que elogia que sea la única que «afecta a todas las proteínas del virus. No es posible que nos digan que la investigación no avanza porque falta dinero para adquirir ratones para los ensayos», deplora.

Abrir patentes

Sobre la adquisición de fármacos rusos o chinos, el especialista subraya que «si son eficaces, hay que ponerlas. No es adecuado tenerlas y no inocularlas». March sugiere que farmacéuticas que han fracasado en su intento de diseñar una vacuna propia podrían ayudar a las que no lo han hecho en el proceso de fabricación de las exitosas.

Y a la Agencia Europea del Medicamento (EMA) le emplaza a «abrir las patentes para que haya vacunas» ya que, a su juicio, España debería tener vacunada en estos momentos el mismo porcentaje de su población que el Reino Unido. Este último país ya ha vacunado al 28,5% de su población, cuatro veces más que España. Y es que March advierte para concluir que «cuando más gente esté vacunada más se evitará el efecto de las variantes víricas sobre el fármaco».

El pediatra Edelmiro Vergés, miembro del comité asesor de vacunas de la CAIB, admite que Baleares necesita con urgencia ser vacunado, pero no le parece correcto buscar prebendas para hacerlo antes que otros. Y defiende esta idea con un argumento irrebatible: ¿Qué ganaría Baleares vacunando antes a su población si los mercados emisores de turistas no lo han hecho? «Lo único, reactivar nuestra economía interior antes», se autocontesta el pediatra advirtiendo que lo que más teme ahora son las revueltas sociales a las que puede conducir una pandemia que, recuerda, ha dejado a mucha gente en la indigencia.

Elena Muñoz, presidenta de IBAMFIC, una de las dos sociedades de médicos de familia más representativas, opina como facultativa que en esta crisis «o nos salvamos todos o no lo hace nadie» y no defiende iniciativas individuales para que pueda venir «gente que no está vacunada» por lo que defiende una estrategia de vacunación mundial. «Hacer pasillos seguros en este mundo globalizado no sirve para nada», sentencia.

Fernando García Romanos, presidente de SEMERGEN, la otra sociedad de los facultativos de cabecera, achaca las disensiones entre los países de la UE a «la desesperación y la fatiga pandémica tras 12 meses de tragedia humana y descalabro económico». Y advierte de que si Baleares inmunizara a su población desentendiéndose del resto del mundo, permitiría al virus continuar propagándose sin control en países con bajos porcentajes de vacunación. Una circulación vírica que, recuerda, favorecería las mutaciones. «Debemos aunar esfuerzos y dar una respuesta global a un problema global. La desesperación solo puede provocar actuaciones inadecuadas que generen problemas adicionales», concluye.

Por último, Manuela García, expresidenta del Colegio de Médicos de Baleares y actual vicepresidenta segunda de la Organización Médica Colegial (OMC), se declara a favor de implantar una estrategia global y solidaria de vacunación acelerando y mejorando, eso sí, «los actuales mecanismos del actual engranaje de distribución».

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