La conselleria de Medio Ambiente del Govern está ultimando la liberación de los viajes en golondrina al parque nacional de Cabrera. Las dos concesiones históricas, con salidas del puerto de la Colònia de Sant Jordi, quedarán suprimidas este verano y cualquier empresa podrá solicitar una autorización al Govern para realizar los viajes hasta Cabrera.

No obstante, según el director general de Espacios Naturales y Biodiversidad, Llorenç Mas, los visitantes deberán registrarse y pedir permiso para bajar al parque. De esta forma, «podremos controlar directamente desde la Conselleria las personas que lo visitan», indicó Mas. En estos momentos son las dos empresas concesionarias, Viajes a Cabrera y Mar Cabrera, las que sabían qué visitantes bajaban al parque nacional. Mas apuntó también que desde Medio Ambiente emitirán un bono para viajar hasta Cabrera. Será un sistema similar al que se utiliza para poder fondear embarcaciones en las boyas del archipiélago. Se necesitará una autorización para la embarcación y otra para que el visitante tome tierra en el archipiélago. Entre 20.000 y 30.000 personas al año visitan Cabrera y, a partir del verano, estarán bajo control del parque y no de las empresas de golondrinas.

Hace poco más de un año una de las empresas concesionarias interpuso un recurso contra Medio Ambiente, alegando que la empresa pública del Govern, Institut Balear de la Natura (IBANAT), no podía regular los viajes marítimos a Cabrera. A raíz de este recurso se decidió que las concesionarias dejaran de pagar el canon anual de unos 170.000 euros a la espera de resolverse el conflicto ante la Justicia.

El director general indicó que «hemos aprovechado esta situación que se ha creado con el recurso de una de las concesionarias para poner en marcha el cambio de modelo y liberalizar los viajes al archipiélago». Mas apuntó que en otros parques nacionales marítimo terrestres ya utilizan esta modalidad de un servicio liberalizado. Puso de ejemplo el de las Islas del Atlántico en Galicia.

El Govern controlará directamente los visitantes, ya que hasta ahora lo hacían las concesionarias

Algunas empresas de Palma, Porto Petro o Portocristo han estudiado poder iniciar la actividad de transportar visitantes a Cabrera. Sin embargo, hasta ahora no se podía. Desde la declaración como parque nacional por parte del Estado tan solo se daban dos concesiones para el servicio.

Mas recordó que los viajes a Cabrera desde otros puertos «no salen muy rentables a las empresas por la distancia y la mala mar y el puerto más factible es el de la Colònia de Sant Jordi». En este sentido el director general de Espacios Naturales apuntó que con la liberalización «cualquier empresa podrá alquilar un amarre en la Colònia y ofrecer el servicio si está autorizada y los pasajeros tienen permiso de visita».

El Govern pondrá una serie de condiciones a las empresas que quieran realizar el trayecto. Deberán garantizar que se trata de embarcaciones de transporte colectivo con un máximo y un mínimo de visitantes. De igual modo, para obtener la autorización deberán ofrecer una explicación sobre los valores del parque y las normas que deben seguir los visitantes durante su recorrido por la zona natural protegida.

Cupo máximo

El Govern también quiere aprovechar el cambio de modelo de transporte al parque nacional de Cabrera para modificar el Plan Regulador de Uso y Gestión (PRUG) y fijar los cupos máximos de visitantes. Se establecerá un máximo de 300 personas en tierra al mismo tiempo.

Por otra parte, se establecerá otro cupo de 150 personas para que realicen actividades marítimas y tengan permiso para bajar a tierra de forma puntual, para realizar alguna de las excursiones o utilizar los servicios del parque.

En estos cupos máximos de personas no están incluidos ni los guardas y personal de Cabrera ni tampoco los científicos que realicen algún proyecto de investigación.