‘Filomena’ ha dejado numerosos récords en la Península. En el famoso triángulo del frío, delimitado por las estaciones de Teruel, Calamocha y Molina de Aragón se han llegado a medir la noche del 12 de enero de 2021 hasta -21ºC en una capital de provincia (Teruel) y -29.9ºC en Royuela. Unos días antes se alcanzaban -34.1ºC en Clot del Tuc de la Llança a unos 2350 metros en pleno Pirineo de Lleida y la cifra quedaba nuevamente desbancada por los -35.6ºC de la Vega de Liordes en Picos de Europa la noche del 7 de enero. ¿La responsable? Una masa de aire made in Spain enfriada por la nieve que refleja toda la radiación solar en combinación con noches largas, despejadas y con viento en calma. El aire frío no ha venido de ninguna parte sino que la península ha actuado como un pequeño continente, generando su propia ola de frío.

En Balears nos hemos mantenido al margen de esta gélida situación aunque este mes de enero ha nevado unos 10 días en la sierra de Tramuntana, 8 días de ellos seguidos. La delegación en Balears de la Agencia Estatal de Meteorología comunicó a través de su canal oficial de Twitter que la anomalía media de las máximas en enero 2021 es de -3.5ºC y de poco menos que -3ºC en el caso de las mínimas. Estos datos dudo que resulten sorprendentes, el primer mes del año es tradicionalmente el más frío del año en Balears y este 2021 no podremos además arrimarnos a los tradicionales Foguerons de Sant Antoni.

Pese a que nuestro clima es más bien suave, Balears tiene historial de épocas gélidas y poco ha de envidiar a regiones peninsulares. La más destacable ocurrió en febrero de1956, fecha en la que se produjo la ola de frío más intensa del siglo XX. Por ello el 56 es conocido popularmente como s’any de sa neu en Mallorca y s’any des fred en el conjunto de Balears.

En un estudio realizado por Fran Hernández se constata que en febrero de 1956 cayeron más de 30 centímetros de nieve en Palma, Inca, sa Pobla y Alcúdia. En el resto del Pla cayeron entre 15 y 30 centímetros. En Escorca, Pollença Artà, Manacor y Santanyí se superó el medio metro de nieve acumulada. La nevada afectó a prácticamente toda la isla y hay constancia de localidades del levante con grosores próximos a 1 metro. Como consecuencia muchos municipios quedaron incomunicados durante días con fallos en los sistemas eléctricos y cortes en el servicio ferroviario. La nieve permaneció en el suelo durante varias jornadas.

Poco después y con la superficie innivada llegaron las noches estrelladas y con ausencia de vientos. El mercurio se desplomó hasta -13,5ºC en Lluc y -10ºC en el aeropuerto de Palma el 12 de febrero de 1956, lo que supone récord absoluto en dicha estación. En el aeropuerto de Eivissa se registraban -3ºC. En Menorca se bajó hasta -2,8ºC. Las heladas negras arrasaron con cosechas, olivos y ganado, convirtiendo la nieve en peligrosas placas de hielo. Algunos pueblos de la Sierra de Tramuntana quedaron incomunicados durante más de 15 días.

Ola de frío en 2012

En febrero de 2012 una ola de frío Siberiana sometió a las islas a temperaturas extremas y nevadas que llegaron hasta el nivel del mar. Para hacernos una idea, la media de temperatura del mes de febrero en Porto Pi es de casi 12ºC y en febrero de 2012 fue de solo 8.5ºC y la media de las mínimas de 4,6ºC. Esta ola de frío no fue tan intensa como la de l’any de sa neu pero logró un merecido segundo puesto en el ranking.

En Palma nevó un total de 5 días, lo que supone récord absoluto de días de nieve en la ciudad. Entre el 4 y el 5 se registraron hasta 3 centímetros de nieve en las playas, 7-15 cm en la ciudad y hasta 30-40 cm en Andratx. Fue tal la intensidad de la nevada que llegó a blanquearse el islote de Sa Dragonera. En la cara norte del Puig Major se midieron más de 3,5 metros de nieve y más de 2,5 en el Puig de Massanella.

El 5 de febrero de 2012 se registraron -8ºC de temperatura máxima (sí, he dicho máxima) en el Puig Major y los embalses de Cúber y Gorg Blau amanecieron completamente congelados. Heló en la mayoría de observatorios incluyendo los más marítimos como el caso del puerto de la Savina (Formentera), que registró unos más que inusuales -1.5ºC.

Mapa en el que se aprecian un anticiclón en el Atlántico y una borrasca sobre Italia o Génova, que crean un pasillo de vientos de nordeste.

Estos episodios ocurren cuando una masa de aire polar continental se desplaza hacia las islas empujada por una borrasca mediterránea que abre un pasillo de vientos de norte y nordeste. Las masas de aire proceden de zonas continentales del interior y norte de Europa y suelen ser muy secas por lo que apenas nieva en la península. Sí puede hacerlo, en Balears y costa mediterránea peninsular debido al aporte marítimo. Los meteorólogos emplean la temperatura a 1500 metros para estimar la cota de nieve aunque influyen muchos otros factores como la intensidad de precipitación, la cantidad de aire frío en niveles altos o la humedad relativa del aire.

En Balears el factor marítimo es un freno importante para ver el blanco elemento posarse sobre las palmeras por lo que necesitamos más aire frío que en otros puntos costeros próximos como Barcelona. Cuando a 1500 metros tenemos temperaturas por debajo de -7ºC podemos empezar a hablar de nevadas al nivel del mar. En el caso de febrero de 2012 se registraron -10ºC a 1500 metros aunque las previsiones eran de poca o nula precipitación. Pero ya sabemos lo imprevisible que es la meteorología, un choque de vientos acabó por generar fuertes precipitaciones: la nevada estaba servida. Durante el culmen de las olas de frío de febrero de 1956 a 1500 metros se llegaron a medir -13,7ºC lo cual aseguraba precipitaciones de nieve a cualquier cota.

En Palma se cumplen el próximo mes ocho años de la última gran nevada. ¿Será febrero de 2021 el que marque una nueva efeméride blanca?