El Govern ha dado marcha atrás y por el momento no va a ser obligatorio que los clientes que consuman en el interior de bares y restaurantes sean identificados para su posterior localización en el caso en el que alguno de ellos termine dando positivo en coronavirus, según se ha comunicado esta mañana a los representantes del sector.

La polémica que esta medida había generado, al ser considerada por algunos como una intromisión en la intimidad de los ciudadanos, ha hecho que por el momento sea retirada de las medidas acordadas con los sindicatos y las patronales de restauración. 

La decisión adoptada es que se van a estudiar otras fórmulas «mas modernas y quizás voluntarias», según se apunta desde el sector.

El encuentro entre representantes de la Administración y de los empresarios se ha saldado sin otras novedades importantes, dado que todavía no ha quedado fijada la cuantía de las ayudas que se van a dar para aquellos establecimientos que se vean obligados a instalar purificadores de aire.

En esta reunión han participado los presidentes de las asociaciones de restauración de CAEB y PIMEM, Alfonso Robledo y Eugènia Cusí respectivamente; la directora General de Turismo, Rosana Morillo; y el director del IBASSAL, Rubén Castro.