La calidad del aire en Balears fue entre "excelente" y "buena" en 2019, una calificación que en Palma fue de "regular" en lo referido a la presencia de dióxido de nitrógeno, aunque este gas se movió en unos valores que no llegaron a ser peligrosos para la salud.

Según el informe de la Conselleria de Transición Energética difundido ayer, a pesar de la presencia de contaminantes como dióxido de azufre, monóxido de carbono o benceno, la calidad del aire de las islas fue catalogada el año pasado en los valores más altos de la tabla, excepto en el caso de dos sustancias, el dióxido de nitrógeno y el ozono, de las cuales se obtuvieron valores entre regulares y malos en zonas muy concretas. Es el caso de Palma, donde el dióxido de nitrógeno alcanzó un promedio anual de 32 gramos por metro cúbico, lo que supone una calidad del aire regular y cercana al valor límite anual para la protección de la salud, establecido en 40 gramos. En cuanto al ozono, en Balears es muy habitual que en verano se supere el valor para la protección de la salud, de 120 gramos por metro cúbico.