Marchaba sobre ruedas. Mallorca, un destino neófito para el turismo de congresos y reuniones (MICE) venía pisando fuerte. El Palau de Congressos estaba arrebatando a grandes plazas europeas, como Ámsterdam, la celebración de eventos. Hasta que la planificación de encuentros médicos de 2020 empezó a moverse en el calendario. Fueron la primera víctima en la isla del Covid-19.

"2020 iba a ser un año récord y muy bueno para nuestra consolidación", explica Ramón Vidal, el director del Palau de Congresos y del Meliá Palma Bay. Vidal, ahora inmerso en la transformación del hotel y el centro de convenciones en instalaciones hospitalarias, rememora cómo todo iba sobre la marcha hasta principios de marzo.

Un mes antes, la crisis sanitaria se veía lejos, únicamente los miles de congresistas que planeaban llegar a Mallorca desde Europa habían solicitado tener gel antibacterial por doquier. La suspensión del Mobile World Congress de Barcelona, a mediados de febrero ya hizo temerse lo peor.

Después se suspendió en Palma el Congreso de la Sociedad Española de Glaucoma, que se iba a celebrar a principios de marzo, por la recomendación del ministerio de Sanidad de no congregar a profesionales sanitarios.

Para mayo estaba programado el Congreso de la Sociedad Española de Gastroenterología, Hepatología y Nutrición Pediátrica y el de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG), este con 2.500 asistentes. Y otras cinco grandes reuniones internacionales que se iban a celebrar entre marzo y abril, ya pidieron cambios de fecha antes del estado de alarma.Recortes de empresas

"Los eventos corporativos son los que más van a sufrir y para que se recuperen los niveles que maneja España van a pasar por lo menos dos o tres años", explica Vidal. Con mayor optimismo se observan "los encuentros científicos". Son espacios para presentar avances, publicaciones, que aunque se retrasen igualmente tendrán que celebrarse.

El segmento MICE mira al otoño . "Los grupos han cambiado fechas y las reuniones pequeñas de empresas se han cancelado -dice Vidal-. Y a partir de septiembre se mantiene cierto volumen".

Un aspecto que perjudica a Mallorca es el movimiento de los eventos suspendidos: "Están saltando un año y nos está afectando porque en 2021 se celebrarán en el mismo lugar previsto este año y pasarán a la isla en 2022".

El pasado miércoles tuvo lugar el I Encuentro Virtual Foro MICE que por la crisis sanitaria no pudo ser presencial, estaba previsto para el 11 de marzo. Se informó de que se han cancelado o aplazado 1.130 eventos profesionales, en su mayoría en Barcelona y Madrid.

Bel Oliver, la secretario de Estado de Turismo, ya puso de relieve en esa cita que "habrá que repensar en tipos de eventos y reuniones diferentes, los clientes no van a ser lo mismo. La tecnología va a jugar un papel fundamental".

Efectivamente, como subrayó la mallorquina cuesta imaginarse cuándo pueda volver a ver grandes encuentros internacionales con congresistas llegando desde todo el mundo.

"Primero cogerán fuerza los viajes dentro de Europa y no habrá largos desplazamientos", vaticina Ramón Vidal, que lidera el Mallorca Convention Bureau, la entidad encargada promocionar Mallorca como destino de reuniones.Impacto económico

El mismo Vidal dio cuenta en febrero de que en 2019 se organizaron 282 eventos en el Palau de Congressos, con casi 66.000 asistentes. La cifra de negocio el año pasado fue de 14,1 millones de euros, por debajo de la del año antes (15,3 millones), sin embargo se generó un mayor impacto positivo en las empresas relacionadas con los eventos: 25, 2 millones de euros. Además, el turismo de congresos vienen incrementando hasta un 30% las pernoctaciones en los hoteles de Palma.

Queda mucho trabajo de marketing por delante para recuperar al segmento MICE y que vuelvan los grandes eventos a la isla.