Todos los niños y niñas de Bunyola podrán jugar y aprender a través de actividades lúdicas y emocionales sin distinción. Y lo harán gracias a la rehabilitación de la casa de colonias de Binicanella, situada en Bunyola, que hoy se inaugura y que contará con la presencia de la presidenta Armengol.

Gracias a la inversión de 660.000 euros, se han mejorado las instalaciones para que más menores participen en el proyecto y puedan desarrollar mejor las actividades. Los fondos provienen en su mayoría de la Fundación Pere Tarrés, pero también cuentan con la ayuda de la conselleria de Servicios Sociales y Cooperación así como de la Fundación bancaria de 'laCaixa'.

El espacio social de Binicanella dispone de un amplio espacio de 1.500 metros que está rodeado por un entorno natural y rural. La localización hace que niños y jóvenes en situación desfavorable adopten conductas saludables fuera de una vida diaria que a veces lo dificulta. De esta forma, tendrán la oportunidad de disfrutar de espacios de convivencia con las necesidades de alimentación e higiene cobiertas.

El año pasado abrieron el centro socioeducativo de Can Tàpera en Cala Major y el de Verge de Lluc, en Palma. "Allí los jóvenes desarrollan el ámbito humano, emocional y compentencial. Además de disfrutar de una vida plena", señaló ayer en una rueda de prensa el director de acción comunitaria y desarrollo territorial, Albert Riu.

Balears es la tercera comunidad autónoma con más personas en exclusión social, según el último informe de Cáritas. Riu se muestra optimista con el trabajo de la entidad pero matizó que las desigualdades a las que se enfrentan son "estructurales" y requieren tiempo. "Nuestra entidad desea ayudar a los actores implicados a que sean capaces de salir al mundo y tener éxito profesional. Queremos ser útiles y sumar para que tengan futuro mejor", indicó.

Otra de las tareas que llevan a acabo es la promoción de 'escoletes', colonias de verano y espacios educativos de mediodía. En estos entornos los niños pueden participar en actividades lúdicas y educativas donde adquirirán conocimientos, aprenderán valores y disfrutarán del tiempo con nuevos amigos.

El director general de la fundación, Josep Pujol, lamentó la poca redistribución de la riqueza en Balears. "A pesar de ser una de las comunidades con más capital económico, los beneficios se revierten en pocas personas que trabajan de forma muy precaria con salarios justos", explicó. Por ello, uno de los cometidos de la entidad es "romper con el espiral de pobreza hereditaria" y que los niños sepan que pueden "exigir otro trabajo que no venga del sector turístico".

Pujol finalizó poniendo en valor la labor de la entidad y agradeciendo al Govern su colaboración y simpatía.

La Fundación Pere Tarrés es una entidad sin ánimo de lucro que lleva 60 años trabajando para que niños y jóvenes desfavorecidos jueguen y aprendan en programas educativos de tiempo libre. En Mallorca se inició en 2016 con el objetivo de promover la acción educativa de los 18 grupos de ocio y ya cuenta con 432 monitores y 26 trabajadores.