Sustituye a Juan Morey al frente del Colegio Oficial de Arquitectos de Balears, un cargo para el que solo se presentó ella y del cual tomó posesión el pasado día 2. Nacida en Lleida, en 1962, Marta Vall-Llossera estudió arquitectura en la Universidad Politécnica de Catalunya y se trasladó a Mallorca, en donde ejerce su profesión en su despacho de arquitectura. Ha sido directora de la Escuela del Colegio de Arquitectos desde 2007, labor que compaginó con el ejercicio de su profesión. Ahora, como decana, tiene claro que el Colegio será su "prioridad".
-¿Por qué decidió optar al cargo de decana?
-Me animaron a presentarme y acepté el reto con ilusión y muchas ganas. He estado en el Colegio y lo aprecio. Juan Morey ha sido un decano muy querido, al que le ha tocado una difícil etapa, con momentos complicados. Lo ha llevado de forma muy ordenada y el Colegio se encuentra en una buena situación.
-Con el estallido de la burbuja inmobiliaria y la crisis económica llegó la caída de visados de viviendas. ¿Cuál es ahora la situación?
-Los últimos datos de los que disponemos son del primer trimestre de este año, con un aumento de visados en Balears del 41,62 por ciento en relación al mismo período de 2014. El número de vivienda nuevo visado ha crecido un 71,73 por ciento y el presupuesto de ejecución material estimado, un 87,32 por ciento. El incremento de la superficie edificada visada ha sido del 65,69 por ciento. Son datos positivos, pero aún así seguimos en un 15 por ciento de lo que se visaba antes de la crisis. Además, en este período de tres meses hay que tener en cuenta que quizá haya habido un efecto preelectoral y de cuestiones como las legalizaciones en suelo rústico o la Ley General Turística. Veremos con los datos de todo 2015 si se mantiene. Hay que ser cautos. Detectamos que la actividad está remontando y que estamos en una evolución positiva, pero dentro de unos parámetros todavía discretos. Desde 2013, que se tocó fondo, ha ido aumentando, pero hay que ver si realmente se afianza y se mantiene en el tiempo.
-En todo caso, supongo que desde el Colegio no se prevé recuperar los niveles de actividad previos a la crisis, con el boom de la construcción.
-Evidentemente no se volverá a eso. Hay que replantearlo. Ya hay leyes en este sentido, como la estatal de rehabilitación, regeneración y renovación de espacios urbanos, que están reorientando la construcción hacia la rehabilitación. Hay que ir hacia ahí, haciendo las cosas de manera más sostenible. No se volverá a aquella burbuja. Hay que ser cautos, aprender de los errores y hacer las cosas de forma más tranquila, pero segura.
-¿Se han cerrado muchos despachos de arquitectos en las islas por la crisis?
-Muchos han aprovechado para jubilarse o dejar sus despachos a las nuevas generaciones. Hay arquitectos que se han marchado al extranjero y algunos extranjeros que también han vuelto a sus países de origen. No obstante, a pesar de estos movimientos, el número de colegiados no ha sufrido una caída relevante. Ahora hay 1.173 arquitectos colegiados en las islas. En 2009, que fue quizás el año con mayor número de colegiados, eramos 1.200."Detectamos que la actividad está remontando, pero dentro de unos parámetros todavía discretos"
-¿Cuántos son jóvenes?
-El problema para el arquitecto jóven es que cuesta empezar la actividad. A veces el freno es que no hay esa actividad económica para colegiarse. Desde el Colegio queremos potenciar la integración de los arquitectos jóvenes. Vamos a crear incluso algunos contratos en prácticas, para que entren en algunos departamentos colegiales y vean el funcionamiento. Ahora en Balears hay 78 arquitectos que tienen entre cero y cinco años de colegiación; 917 con entre seis y cuarenta años y 93 con más de 40 años colegiados.
-¿Animaría a arquitectos de fuera a venir a trabajar a Balears en estos momentos?
-Yo creo que aquí ya somos muchos. La actividad no da para muchos más.
-El Colegio de Arquitectos se ha mostrado en estos años crítico con algunas de las medidas del Govern Bauzá, como el de las legalizaciones en suelo rústico.
-Hay opiniones distintas, incluso dentro de las propias demarcaciones del Colegio. Es cierto que ha incentivado de algún modo el que haya más visados. Al final de semestre tendremos datos más concretos de lo que realmente han supuesto en este sentido. Por el momento, donde más legalizaciones en rústico se han realizado ha sido en Eivissa."El Colegio de Arquitectos de Balears tiene la total predisposición a colaborar con el nuevo Govern"
-¿Qué piden al nuevo Govern?
-En el Colegio siempre buscamos la colaboración con cualquier administración para trabajar conjuntamente. Por parte del Colegio hay este ofrecimiento y la total predisposición a colaborar con el nuevo Govern. Nos gustaría que esta colaboración se basara en un trabajo en paralelo en los temas urbanísticos, ya que cuando los asuntos llegan muy cerrados el proceso de propuestas alternativas se complica mucho más. De este modo las cosas se llevarían a cabo con más agilidad.
-Los partidos de izquierdas ya han dejado claro que derogarán varias leyes del Govern Bauzá y modificarán otras, como la turística o la del Suelo. ¿Les preocupa?
-Creo que hay que estudiarlo todo. A veces es más positivo y productivo hacer propuestas más generales en vez de ir haciendo leyes que vayan arreglando sectores muy concretos. Creemos que sería mejor hacer primero un planteamiento general y después, partiendo de ahí, ir trabajando en lo concreto de tal modo que todo guarde cierta coherencia. En esta legislatura habido muchas leyes específicas. Está claro que no se puede abordar todo, pero si tenemos al menos un planteamiento general de hacia dónde queremos ir y qué es lo que buscamos, cuando después se aborda pieza por pieza se hace en coherencia con ese planteamiento."En el primer trimestre del año los visados han subido un 41,62%, pero hay que ser cautos y ver si se mantiene"
-¿Cual es el planteamiento global que haría el Colegio de Arquitectos?
-Somos muy favorables al mantenimiento del patrimonio y la actualización de catálogos. En lo que se refiere a planes territoriales, apostamos por abordarlos primero de manera general. También sería necesario facilitar a los municipios pequeños su planeamiento, de tal modo que tengan el apoyo de instituciones más grandes para agilizar los trámites ya que los expedientes a veces entran en procesos que se alargan mucho.
-¿Qué objetivos se ha marcado como decana?
-Vamos a consolidar los pasos realizados por el anterior equipo. Nuestra intención es seguir trabajando para intentar activar la profesión. Intentaremos movilizar de nuevo los concursos de arquitectura de tal modo que los municipios, aunque se trate de pequeñas obras, las hagan mediante concursos. También queremos actuar como instrumento de defensa de la arquitectura, con una presencia activa en comisiones de patrimonio y órganos de debates. Junto a ello vamos a intentar que haya una relación más fluida entre colegio y colegiado. También queremos potenciar la formación en el Colegio, en especial en las nuevas tecnologías.
-¿Está satisfecha de la proyección de los arquitectos en la sociedad balear?
-A veces ha faltado una comunicación más fluida. El arquitecto tiene un peso muy importante. Estamos presentes en temas urbanísticos, energéticos... Queremos intentar trasladar a la sociedad nuestra función. Hacemos un trabajo que a veces no se ve de entrada con claridad, pero después se nota Cuando hay la intervención de un buen arquitecto detrás de una rehabilitación o de un proyecto urbanístico, se ve el resultado, pero no al que lo ha hecho posible. El trabajo de arquitecto es muy vocacional, es una profesión que se vive mucho y que a veces está poco reconocida. Tiene un ámbito de actuación enorme. Ahora, en una etapa complicada para la actividad tradicional del arquitecto, hemos entrado en vías alternativas muy interesantes.
-¿Por ejemplo?
-Por ejemplo en cuestiones de paisajismo, cálculo de estructuras, peritajes, interiorismo e incluso diseño gráfico. También está emergiendo la figura del arquitecto mediador, que se está potenciando desde los departamentos jurídicos como una alternativa al juicio. Muchas veces, sobre todo en litigios de temas urbanísticos, los procesos judiciales se alargan mucho, lo que conlleva, entre otras consecuencias, unos elevados costes económicos. El apoyo de un técnico que conozca estos temas puede evitar que se llegue a juicio, actuando como mediador, de tal modo que se acortan los temas de resolución.
-¿Hay muchos arquitectos en Balears que actúen como mediadores?
-La semana pasada se celebraron unas jornadas en Almería, realizadas por el Consejo del Poder Judicial y el Consejo Superior de Colegios de Arquitectos de España, en las que se hizo hincapié en la importancia de esta nueva figura para resolver temas de este tipo. El Colegio de Balears va a realizar un curso al respecto. También nos hemos planteado hacer un centro de mediación para ofrecer estos servicios, pero eso aun está muy en el aire. Por el momento hay un grupo de una veintena de arquitectos que en una semanas acabaran el curso y estarán preparados para actuar como mediadores.
-¿Tiene previsto reactivar las actividades culturales del Colegio?
-La crisis te obliga a mirar bien todo lo que se hace, pero en estos años se ha trabajado bastante en este sentido. Ha habido muchas conferencias y se mantiene la participación en la Nit del Art, entre otras actividades. El pasado año se hizo un taller de verano para estudiantes y este año se harán dos. El Colegio intenta apoyar todas las iniciativas culturales y procuraremos impulsar aun más esta area.
-En Balears no hay estudios de arquitectura. ¿Recomendaría a la UIB que lo planteara?
-En mi opinión, hay mucha oferta en cuanto a escuelas de arquitectura. Es mejor que haya muy buenas escuelas que diversificar en exceso. Pero esto es una opinión personal.
