Que el Jueves Santo se produjeran episodios de overbooking en vuelos interislas, llenos hasta la bandera de mallorquines que se trasladaban a Menorca y Eivissa para disfrutar de las vacaciones.
Que algunas publicaciones alemanas alienten la teoría de que Mallorca está falseando sus datos de contagios para mantener el turismo.
Que en pleno Jueves Santo haya obras de particulares en marcha, para desesperación de quienes ejercerían si pudieran su derecho a descansar sin ruidos.
Que en la Misa de la Cena de Jueves Santo se omitiera este año el tradicional lavatorio de pies para respetar las recomendaciones sanitarias.
La eclosión de flores silvestres estos días en toda la isla.
