El comercio tiene lo que se llama «días sin Iva», en los que en teoría puedes comprar productos sin abonar el impuesto, algo falso como se encargó de demostrar Consumo. Nuestra liga tiene a veces también partidos y días «sin fútbol», pero eso no significa que en esos enfrentamientos no haya tres puntos en juego.

Ayer viendo los planteamientos de Aguirre y de Rubi, dos esquemas con cinco defensas, solo puedes esperar un partido de muy pocos goles, de escasas oportunidades y que se desequilibra por pequeños detalles. En el caso del Mallorca- Almería estos los puso un hombre: Maffeo, que supo aprovecharse de un regalo de la zaga andaluza y que salvó debajo de los palos la única clara oportunidad que tuvieron en todo el partido. La importancia de los puntos cuando juegan dos rivales que están en la lucha por la permanencia como el Mallorca y el Almería es máxima y los riesgos mínimos, aunque Aguirre le ganó en intención a Rubi, cuando plantó en el centro del campo a dos creadores como Galarreta y Grenier. El primero aparece recuperado para el fútbol y, además, supo transitar todo el partido con una tarjeta desde los primeros minutos.

El gol fue un tesoro a conservar por los de Aguirre que renunciaron a la pelota y por tanto a las ocasiones de peligro. La segunda mitad fue un monólogo del Almería en buscó del empate pero sin argumentos claros. La marcha de Sadiq en el último suspiro puede pasar factura a los de Rubí. En el Mallorca Muriqi fue intrascendente y Kang in Lee se diluyó al centrarse en labores defensivas. En resumen, tres puntos con poco fútbol antes del parón liguero, pero que son oro.