La pandemia nos ha dejado una vuelta al cole escalonada pero en el caso de Emy Maduka el regreso a las aulas de este joven solleric afectado por una enfermedad mitocondrial, considerada rara, que impide desarrollarse de una forma autónoma, ha estado regada de dos jornadas de nervios, horas de espera y de retrasos a la hora de llegar al centro. Y es que un cambio en el servicio de transporte que debe trasladar al ‘solleric’ a la Fundación Aspace en Marratxí ha provocado retrasos de hasta tres horas, tres horas en las que el joven y su abuelo han estado esperando el transporte en el Pont de Can Rave.
La odisea de Emy para llegar al cole
La pandemia nos ha dejado una vuelta al cole escalonada pero en el caso de Emy Maduka el regreso a las aulas de este joven solleric afectado por una enfermedad mitocondrial, considerada rara, que impide desarrollarse de una forma autónoma, ha estado regada de dos jornadas de nervios, horas de espera y de retrasos a la hora de llegar al centro. Y es que un cambio en el servicio de transporte que debe trasladar al ‘solleric’ a la Fundación Aspace en Marratxí ha provocado retrasos de hasta tres horas, tres horas en las que el joven y su abuelo han estado esperando el transporte en el Pont de Can Rave.
La odisea de Emy para llegar al cole
La pandemia nos ha dejado una vuelta al cole escalonada pero en el caso de Emy Maduka el regreso a las aulas de este joven solleric afectado por una enfermedad mitocondrial, considerada rara, que impide desarrollarse de una forma autónoma, ha estado regada de dos jornadas de nervios, horas de espera y de retrasos a la hora de llegar al centro. Y es que un cambio en el servicio de transporte que debe trasladar al ‘solleric’ a la Fundación Aspace en Marratxí ha provocado retrasos de hasta tres horas, tres horas en las que el joven y su abuelo han estado esperando el transporte en el Pont de Can Rave.
La odisea de Emy para llegar al cole
La pandemia nos ha dejado una vuelta al cole escalonada pero en el caso de Emy Maduka el regreso a las aulas de este joven solleric afectado por una enfermedad mitocondrial, considerada rara, que impide desarrollarse de una forma autónoma, ha estado regada de dos jornadas de nervios, horas de espera y de retrasos a la hora de llegar al centro. Y es que un cambio en el servicio de transporte que debe trasladar al ‘solleric’ a la Fundación Aspace en Marratxí ha provocado retrasos de hasta tres horas, tres horas en las que el joven y su abuelo han estado esperando el transporte en el Pont de Can Rave.
La odisea de Emy para llegar al cole
La pandemia nos ha dejado una vuelta al cole escalonada pero en el caso de Emy Maduka el regreso a las aulas de este joven solleric afectado por una enfermedad mitocondrial, considerada rara, que impide desarrollarse de una forma autónoma, ha estado regada de dos jornadas de nervios, horas de espera y de retrasos a la hora de llegar al centro. Y es que un cambio en el servicio de transporte que debe trasladar al ‘solleric’ a la Fundación Aspace en Marratxí ha provocado retrasos de hasta tres horas, tres horas en las que el joven y su abuelo han estado esperando el transporte en el Pont de Can Rave.
La odisea de Emy para llegar al cole
La pandemia nos ha dejado una vuelta al cole escalonada pero en el caso de Emy Maduka el regreso a las aulas de este joven solleric afectado por una enfermedad mitocondrial, considerada rara, que impide desarrollarse de una forma autónoma, ha estado regada de dos jornadas de nervios, horas de espera y de retrasos a la hora de llegar al centro. Y es que un cambio en el servicio de transporte que debe trasladar al ‘solleric’ a la Fundación Aspace en Marratxí ha provocado retrasos de hasta tres horas, tres horas en las que el joven y su abuelo han estado esperando el transporte en el Pont de Can Rave.
La odisea de Emy para llegar al cole
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La pandemia nos ha dejado una vuelta al cole escalonada pero en el caso de Emy Maduka el regreso a las aulas de este joven solleric afectado por una enfermedad mitocondrial, considerada rara, que impide desarrollarse de una forma autónoma, ha estado regada de dos jornadas de nervios, horas de espera y de retrasos a la hora de llegar al centro. Y es que un cambio en el servicio de transporte que debe trasladar al ‘solleric’ a la Fundación Aspace en Marratxí ha provocado retrasos de hasta tres horas, tres horas en las que el joven y su abuelo han estado esperando el transporte en el Pont de Can Rave.