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Vanessa Sánchez
Ver galería >Bienvenido, bendito septiembre. Supongo que muchos de ustedes estarán algo alicaídos, con eso que llaman el síndrome postvacacional y que solo sufren los que, efectivamente, tienen vacaciones. Para mí, este nuevo mes que acabamos de inaugurar es sinónimo de dos cosas: vuelta a las rutinas -gracias a Dios- y vuelta al arte. Porque si hay un mes en el que las inauguraciones, la cultura y las perfomances cobran protagonismo ese es septiembre. Pero antes de entrar en materia, en lo que va a venir, y en lo que acabamos de despedir, voy a abrir un melón que sé que no debería pero que llevo semanas interiorizando.
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Bienvenido, bendito septiembre. Supongo que muchos de ustedes estarán algo alicaídos, con eso que llaman el síndrome postvacacional y que solo sufren los que, efectivamente, tienen vacaciones. Para mí, este nuevo mes que acabamos de inaugurar es sinónimo de dos cosas: vuelta a las rutinas -gracias a Dios- y vuelta al arte. Porque si hay un mes en el que las inauguraciones, la cultura y las perfomances cobran protagonismo ese es septiembre. Pero antes de entrar en materia, en lo que va a venir, y en lo que acabamos de despedir, voy a abrir un melón que sé que no debería pero que llevo semanas interiorizando.
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Bienvenido, bendito septiembre. Supongo que muchos de ustedes estarán algo alicaídos, con eso que llaman el síndrome postvacacional y que solo sufren los que, efectivamente, tienen vacaciones. Para mí, este nuevo mes que acabamos de inaugurar es sinónimo de dos cosas: vuelta a las rutinas -gracias a Dios- y vuelta al arte. Porque si hay un mes en el que las inauguraciones, la cultura y las perfomances cobran protagonismo ese es septiembre. Pero antes de entrar en materia, en lo que va a venir, y en lo que acabamos de despedir, voy a abrir un melón que sé que no debería pero que llevo semanas interiorizando.
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Bienvenido, bendito septiembre. Supongo que muchos de ustedes estarán algo alicaídos, con eso que llaman el síndrome postvacacional y que solo sufren los que, efectivamente, tienen vacaciones. Para mí, este nuevo mes que acabamos de inaugurar es sinónimo de dos cosas: vuelta a las rutinas -gracias a Dios- y vuelta al arte. Porque si hay un mes en el que las inauguraciones, la cultura y las perfomances cobran protagonismo ese es septiembre. Pero antes de entrar en materia, en lo que va a venir, y en lo que acabamos de despedir, voy a abrir un melón que sé que no debería pero que llevo semanas interiorizando.
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Bienvenido, bendito septiembre. Supongo que muchos de ustedes estarán algo alicaídos, con eso que llaman el síndrome postvacacional y que solo sufren los que, efectivamente, tienen vacaciones. Para mí, este nuevo mes que acabamos de inaugurar es sinónimo de dos cosas: vuelta a las rutinas -gracias a Dios- y vuelta al arte. Porque si hay un mes en el que las inauguraciones, la cultura y las perfomances cobran protagonismo ese es septiembre. Pero antes de entrar en materia, en lo que va a venir, y en lo que acabamos de despedir, voy a abrir un melón que sé que no debería pero que llevo semanas interiorizando.
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Bienvenido, bendito septiembre. Supongo que muchos de ustedes estarán algo alicaídos, con eso que llaman el síndrome postvacacional y que solo sufren los que, efectivamente, tienen vacaciones. Para mí, este nuevo mes que acabamos de inaugurar es sinónimo de dos cosas: vuelta a las rutinas -gracias a Dios- y vuelta al arte. Porque si hay un mes en el que las inauguraciones, la cultura y las perfomances cobran protagonismo ese es septiembre. Pero antes de entrar en materia, en lo que va a venir, y en lo que acabamos de despedir, voy a abrir un melón que sé que no debería pero que llevo semanas interiorizando.
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Bienvenido, bendito septiembre. Supongo que muchos de ustedes estarán algo alicaídos, con eso que llaman el síndrome postvacacional y que solo sufren los que, efectivamente, tienen vacaciones. Para mí, este nuevo mes que acabamos de inaugurar es sinónimo de dos cosas: vuelta a las rutinas -gracias a Dios- y vuelta al arte. Porque si hay un mes en el que las inauguraciones, la cultura y las perfomances cobran protagonismo ese es septiembre. Pero antes de entrar en materia, en lo que va a venir, y en lo que acabamos de despedir, voy a abrir un melón que sé que no debería pero que llevo semanas interiorizando.
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Bienvenido, bendito septiembre. Supongo que muchos de ustedes estarán algo alicaídos, con eso que llaman el síndrome postvacacional y que solo sufren los que, efectivamente, tienen vacaciones. Para mí, este nuevo mes que acabamos de inaugurar es sinónimo de dos cosas: vuelta a las rutinas -gracias a Dios- y vuelta al arte. Porque si hay un mes en el que las inauguraciones, la cultura y las perfomances cobran protagonismo ese es septiembre. Pero antes de entrar en materia, en lo que va a venir, y en lo que acabamos de despedir, voy a abrir un melón que sé que no debería pero que llevo semanas interiorizando.
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Bienvenido, bendito septiembre. Supongo que muchos de ustedes estarán algo alicaídos, con eso que llaman el síndrome postvacacional y que solo sufren los que, efectivamente, tienen vacaciones. Para mí, este nuevo mes que acabamos de inaugurar es sinónimo de dos cosas: vuelta a las rutinas -gracias a Dios- y vuelta al arte. Porque si hay un mes en el que las inauguraciones, la cultura y las perfomances cobran protagonismo ese es septiembre. Pero antes de entrar en materia, en lo que va a venir, y en lo que acabamos de despedir, voy a abrir un melón que sé que no debería pero que llevo semanas interiorizando.
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Bienvenido, bendito septiembre. Supongo que muchos de ustedes estarán algo alicaídos, con eso que llaman el síndrome postvacacional y que solo sufren los que, efectivamente, tienen vacaciones. Para mí, este nuevo mes que acabamos de inaugurar es sinónimo de dos cosas: vuelta a las rutinas -gracias a Dios- y vuelta al arte. Porque si hay un mes en el que las inauguraciones, la cultura y las perfomances cobran protagonismo ese es septiembre. Pero antes de entrar en materia, en lo que va a venir, y en lo que acabamos de despedir, voy a abrir un melón que sé que no debería pero que llevo semanas interiorizando.
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