Francina Armengol fue la única candidata del PSIB-PSOE que salió a dar explicaciones con el semblante sereno después de una jornada muy dura para su partido. A diferencia de Catalina Cladera y José Hila, que no pudieron ocultar la tristeza en sus rostros y sus voces, la dirigente socialista se mantuvo entera, incluso fue cariñosa con sus compañeros presentes en la sala para ofrecer su diagnóstico de lo ocurrido con dos claves principales: España ha entrado en una «una oleada absolutamente preocupante de la derecha y extrema derecha en toda España» después de que la izquierda haya perdido en casi todas las Comunidades que gobernaba y la debacle absoluta de Unidas Podemos, que pasa de seis a un escaño en tan solo cuatro años. Una derrota paradójica porque Armengol obtuvo ayer más votos que en 2019, aunque el porcentaje fue menor por la mayor participación.
La líder del PSIB empezó su discurso dando la enhorabuena al PP «toca respetar la voluntad de la ciudadanía y la democracia», no quiso hace sangre, se limitó a expresar que «ahora cada uno tiene que dar sus explicaciones» y enfocó sus declaraciones a la situación de su partido. En este sentido, destacó que «trabajaremos intensamente para que esta situación no se repita» y reivindicó que «nosotros hemos aguantado bien» a diferencia de sus socios morados. Hay que recordar que el partido de Antònia Jover ha sido muy duro en la campaña electoral con los socialistas, una estrategia que nunca gustó entre las filas socialistas.
La candidata del PSIB aseguró que, pese a la derrota, el partido «se mantiene fuerte y gracias a la voluntad de la ciudadanía, que así lo ha elegido, también preparado para liderar una oposición sólida, comprometida y constructiva».
Según apunta, «es necesario que todos los progresistas aprendamos porque es evidente que no son los resultados que deseábamos, ya que no permitirán reeditar un Pacto de Progreso».
Manifiesta que trabajará «sin descanso» para defender las políticas que ha ido desplegando en las dos legislaturas, sobre todo en la última, porque «han conducido a que haya más gente trabajando que nunca, los salarios suban más que en ningún lugar del país y que Balears siga liderando el crecimiento económico en España».
Asimismo, reivindicó que su labor a partir de este momento estará enfocada a que los pactos a los que lleguen PP y Vox «no recorten» derechos a la gente: «Les vigilaremos de cerca para proteger el transporte, la sanidad y la educación pública, la igualdad, los derechos LGTBI, nuestra lengua y el patrimonio natural. Defenderemos todos los avances conseguidos en estos 8 años y a la gente de estas islas».
Todo ello, explica, para que el PSOE tenga opciones de ganar las elecciones generales en diciembre, un escenario muy poco probable vistos los resultados de ayer en toda España.
Armengol no cerró totalmente la puerta a ser la jefa de la oposición a partir de la próxima legislatura, aunque la situación es complicada al haber sido presidenta del Govern durante ocho años. Por ello, anunció que hoy mismo reunirá a la comisión ejecutiva del partido para analizar los resultados e iniciar un debate interno: «Si sigo es lo menos importante, aunque quienes me conocen bien saben que he demostrado que, en los peores momentos, estoy al lado de la gente y soy leal a mi tierra».
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