Baleares decide hoy el futuro de sus principales instituciones durante los próximos cuatro años. Más de 815.000 ciudadanos están convocados a las urnas para las elecciones autonómicas, municipales e insulares más disputadas de la historia de las islas. Los bloques ideológicos de derecha e izquierda están muy definidos y la victoria se puede inclinar hacia un lado o el otro por un solo escaño y unos pocos miles de votos.
Ambos bloques se juegan mucho en estos comicios para gobernar el Govern en la décimo primera legislatura de la autonomía de Baleares. La izquierda busca reeditar un tercer mandato que sería histórico para ellos, ya que nunca lo han conseguido. La derecha se juega recuperar la hegemonía perdida desde los inicios de autonomía y que consiguió tener o rozar la mayoría absoluta hasta el 2015. El 2019, incluso, el PP dejó de ser la lista más votada.
Las encuestas, a medida que se acercaban la cita electoral, incrementaban la incertidumbre del resultado y certificaban unas diferencias muy ajustadas entre ambos bloques para alcanzar los 30 diputados que otorgan la mayoría absoluta en el Parlament de Balears.
Tres escenarios posibles
En estas elecciones, como ocurrió en 2015 y en 2019, no habrá mayoría absoluta de ningún partido. Habrá que conformar pactos entre los bloques para constituir el Govern y conseguir la investidura de presidenta o presidente en el Parlament.
Por todo ello se auguran tres posibilidades diferentes de como puede quedar la Cámara Autonómica tras los resultados de esta noche. El primero de los escenarios es que, tal y como ha ocurrido en las dos últimas legislaturas, los tres partidos de la izquierda (PSIB, Més y Podemos) juntos alcancen la mayoría absoluta y puedan reeditar el Pacto. El segundo escenario es un vuelco y que el PP y Vox superen los 30 diputados que les permitiera llegar a acuerdos de gobernabilidad.
El tercer escenario es que ninguno de los dos bloques sumen los 30 escaños y El Pi o Ciudadanos se conviertan en el árbitro que decidan si Francina Armengol (PSIB) o Marga Prohens (PP) sea la inquilina del Consolat de Mar.
La gran duda es si estos dos partidos podrán alcanzar el 5% de los votos, porcentaje necesario para tener representación. A El Pi las encuestas le dan entre que supera esta barrera y otras los dejan fuera por muy pocas décimas. A los naranjas ninguno de los sondeos augura que tengan posibilidades.
La prospección de Gadeso para Diario de Mallorca apuntaba que El Pi sería el árbitro y decidiría el Govern. Otorga 29 diputados a la izquierda y 28 a la derecha. Los dos diputados de El Pi se convertían en decisivos como en tiempos de UM. Una encuesta interna de Més arrojaba un resultados similares a la de Gadeso. El CIS no daba muestreo de diputados y se centraba en porcentajes, adjudicando una victoria holgada de la izquierda y con el PSIB y Més sumando los votos y escaños que pierde Podemos.
El incremento de la abstención es uno de los temores de la izquierda. Hace cuatro años fue del 44,5% y se augura que pueda aumentarse en estos comicios. El voto por correo es un preludio de ello y la bajada de votantes es premonitoria con una caída del 6,7%.
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