La campaña electoral de las elecciones autonómicas y municipales más ajustadas de los últimos 16 años arranca de forma oficial esta medianoche, aunque los partidos ya han dado el 'sus' con la tradicional pegada de carteles. La realidad es que los partidos llevan inmersos en la corriente electoralista desde hace meses, sobre todo en las redes sociales, donde la batalla no ha cesado. Todos ellos se afanan por convencer a los indecisos, blindar los votos propios y movilizar al máximo número de electores.
El PSIB aspira a revalidar el poder y la victoria de 2019, cuando fue primera fuerza en Govern, Consell y Palma, mientras el PP encara estos comicios con más seguridad que en las dos convocatorias anteriores, cuando el resultado parecía claro antes de la votación. En esta ocasión todo apunta a un escenario muy abierto y las encuestas dejan claro que habrá pactos tanto en la izquierda como en la derecha.
La candidata del PSIB, Francina Armengol, asegura que salen a ganar para «seguir transformando el día a día de la gente» con el foco puesto en el ecologismo y el feminismo, y apeló al votante progresista: «La decisión es clara: seguir avanzando o volver muchos años atrás». Enfatiza que comenzarán, en caso de ganar, una legislatura con mas recursos que nunca: «Creamos riqueza y sabemos redistribuirla, con mejores condiciones y salarios porque somos el único partido que conoce la realidad y las necesidades».
La candidata del PP balear, Marga Prohens, reiteró que «la gente pide cambio» porque las inminentes elecciones se plantean como una división entre dos modelos: «Mientras la izquierda quiere más intervencionismo, más política del no, más prohibicionismo y más impuestos, nosotros planteamos menos impuestos, menos burocracia, menos listas de espera y más oportunidades». Además, reiteró su defensa de la propiedad privada y expresó que «la calle está cansada de humo y propaganda, quieren compromisos».
Unidas Podemos inauguró la campaña en la Plaza de Santa Pagesa de Palma con la promesa de acabar con la emergencia habitacional, una «prioridad» para su candidata, Antònia Jover: «Sabemos que las islas han avanzado mucho gracias a nuestra presencia en los gobiernos, y queremos más. Tenemos un equipo con experiencia, ilusión y mucha valentía». Así, dejó claro que su objetivo principal es crecer en votos y escaños «para poder defender con más fuerza nuestras propuestas y garantizar que la gente tenga derecho a una vivienda y a unos servicios públicos dignos».
El candidato de El Pi, Josep Melià, quiso distanciarse de la derecha y la izquierda: «Hay dos opciones: un Govern donde los extremos marquen las políticas del próximo gobierno o un Govern donde la centralidad, la moderación y la tranquilidad que ofrecemos sea clave a la hora de definir las políticas».
Por su parte, Vox se congregó en la Plaza del Mercado del Olivar de Palma, donde su candidato a la presidencia del Govern, Jorge Campos, manifestó que inician una campaña electoral «que va a ser histórica» por el resultado que pueden obtener -«mi apuesta es que vamos a doblar el número de diputados actuales»- y acusó al Pacto de ser el «gobierno de la ruina y la traición».
El candidato de Més per Mallorca, Lluís Apesteguia, reiteró que las líneas maestras de su campaña serán la defensa del derecho a la vivienda, la normalización de la lengua catalana en todos los ámbitos de uso, la defensa del medio ambiente y el territorio o el aumento del poder político de las instituciones de autogobierno: «Nuestro proyecto es el de la cohesión social, la diversificación económica y el de un nuevo marco de relaciones con el Estado basado en la bilateralidad y la soberanía fiscal».
Por último la candidata de Ciudadanos, Patricia Guasp, se mostró convencida de que las islas «solo van a tener un futuro mejor si gobierna Ciudadanos» y sostuvo que «la única alternativa» para que no gobiernen los extremos: «Por mucho que algunos lo llevan en su lema saben que no son el futuro, son el retroceso y sobre todo si están acompañados por los socios de la extrema derecha o la extrema izquierda».
