La candidata del PSIB-PSOE al Govern, Francina Armengol, anunció ayer que si vuelve a ganar las elecciones transferirá a los ayuntamientos y consells insulares la gestión de Costas, que incluirá las autorizaciones de chiringuitos y servicios de temporada en las playas del archipiélago.

La socialista asegura que su partido siempre ha defendido que las competencias se gestionan mejor desde la proximidad y, por tanto, esta transferencia obligará a las instituciones a colaborar entre ellas para gestionar «desde la eficiencia y la proximidad de cada municipio».

«No queremos perder esta oportunidad a empresarios y trabajadores que viven de esto, por eso descentralizaremos las competencias con los ayuntamientos y los consejos para hacer la tarea que durante tanto de tiempo hemos reclamado al Gobierno de España», manifestó.

Además, aprovechó el día antes de la celebración del Primero de Mayo para reivindicar el liderazgo económico de Baleares: «Veníamos de caer un 21% del PIB y ahora tenemos 110.000 personas más trabajando desde que yo gobierno».

Madrid se queda el botín

La ansiada transferencia de Costas tiene trampa, tal y como publicó este diario, porque el Gobierno central se reservó el cobro del canon por las instalaciones fijas sobre el dominio público marítimo terrestre. Es el caso de kioscos, chiringuitos, bares, instalaciones deportivas o varaderos. Mientras el Govern deberá realizar el trabajo de la gestión, el ‘botín’ de la recaudación seguirá siendo para el Gobierno central, que supera con creces el 1,3 millones anuales que transferirá el Estado a Balears por el traspaso de la competencia.