Japón, el tercero en discordia

Robert Casajuana

Robert Casajuana

En los últimos años, la rivalidad por la supremacía económica mundial entre Estados Unidos y China está acaparando la atención de la mayoría de medios de todo el mundo. A veces, da la sensación, que solo importa lo que pase en estas economías, y se olvide la tercera economía del mundo, Japón. En este artículo me gustaría dar cuatro pinceladas de la actual situación de esta economía tan importante. Antes de ello, y para situarnos en contexto, me gustaría recordar que Japón, durante los años 80, experimentó una fase de gran crecimiento económico, con exportaciones crecientes de su sector tecnológico y de automoción al resto del mundo y especialmente a Estados Unidos, con un creciente déficit comercial de este país con Japón. Este sólido crecimiento llegó al punto de plantearse que Japón acabaría desbancando a Estados Unidos como primera economía del mundo. ¿Les suena de algo esta situación? Sí, Japón era la China del momento que amenazaba la hegemonía económica mundial de los Estados Unidos. El desenlace de esta historia es bien sabido: la crisis inmobiliaria y bancaria de Japón de los 90 que lo llevó a una recesión y estancamiento de casi 10 años, periodo conocido como la década perdida. Todo quedó reflejado en los índices bursátiles de Japón, con el TOPIX llegando durante la euforia a máximos históricos en diciembre del 1989, alcanzando los 2.881 puntos, para sufrir posteriormente un batacazo de campeonato durante muchos años, especialmente en los 90, pero que se siguió arrastrando algunos años más hasta valer en diciembre del 2011 una cuarta parte de su valor del 1989.

Durante esta larga travesía en el desierto, las compañías corporativas japonesas han realizado un ejercicio serio y sistemático de mejora de sus balances y donde antes predominaban los fondos de maniobra negativos, hoy vemos fondos de maniobra amplios y positivos. Recordemos que, para calcular el fondo de maniobra, le restamos al activo realizable (tesorería, clientes y existencias) el pasivo a corto plazo. Si el resultado de esta sustracción es negativo, significa que la empresa está en una situación de debilidad porque ni usando su caja, cobrando a sus clientes y vendiendo todas las existencias, alcanzaría para servir a sus deudas inminentes. Afortunadamente, para las empresas privadas japonesas, este ejercicio de mejora de su fondo de maniobra las deja hoy en una situación de fortaleza ante los posibles embates de un escenario económico internacional de desaceleración.

En las cuentas públicas niponas la mayoría de cifras son envidiables. Tasa de desempleo en el 2.8%. PIB del último trimestre del 2022 en el 4.7%. Inflación del 3.2%. El dato negativo que destacan los detractores de la economía japonesa es la elevada deuda pública sobre PIB, que está en el 262%. Es lógico que sea así, porque el dato asusta. Sin embargo, lo que olvidan es que el tipo oficial del dinero está en el -0.10%, que los costes de financiación para el tesoro público nipón hasta los 3 años están en territorio negativo, que hasta los 10 años los costes siguen en un bajo 0.42% y que para llegar al 1.40% hay que financiarse con bonos públicos a 40 años. Es decir, lo que en principio es su tendón de Aquiles (elevada deuda pública) cuando se tiene en cuenta el bajísimo coste de servir esta deuda, nos damos cuenta de que es menos peligrosa de lo que parecía. Recordemos que otras economías con abultadas deudas públicas, como la americana o la italiana, tienen costes de servir su deuda que superan el 4% a 9 años en el país transalpino y que no baja del 3.5% en cualquier plazo en el caso americano.

Todo esto ya se está proyectando en la bolsa nipona, donde su índice TOPIX supera el 12% de revalorización este año, batiendo claramente al S&P 500 americano, está solo un 25% por debajo de los máximos históricos de 1989 y desde los mínimos comentados del 2011 se ha revalorizado un impresionante 188%. Y lo mejor de todo es que la valoración de las empresas que componen el TOPIX es razonablemente barata, con un PER que supera ligeramente las 16 veces. No dejen que el ruido de China y Estados Unidos les haga pasar inadvertido a Japón.

Topix Index

Topix Index / Bloomberg