El GOB Mallorca y sus plataformas echan humo

Fausto Oviedo Subías

Fausto Oviedo Subías

La consecuencia directa de la moratoria de nuevos parques solares en Mallorca impulsada por los activistas anti renovables no se ha hecho esperar.

Así es, en cumplimiento del deber constitucionalmente establecido de garantizar a los ciudadanos el suministro eléctrico necesario para una vida digna en cualquiera de sus ámbitos y aplicando lo dispuesto en la Ley 24/2013 del Sector Eléctrico, Ley 17/2013 y Real Decreto 738/2015, los organismos reguladores ya han aprobado oficialmente la propuesta de instalación de una nueva central eléctrica térmica de Gas, en nuestra isla.

El cálculo de las necesidades de cobertura de potencia de los sistemas eléctricos aislados en el horizonte 2023-2027, se realiza computando la puesta en servicio de interconexiones o la implantación de instalaciones de generación de origen renovable.

Curiosamente, las dos soluciones energético-ambientales propuestas por el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) para la descarbonización de la economía balear son el objetivo directo de las protestas y de la moratoria que han solicitado los ecologistas y plataformas vecinales de Mallorca.

Es más que evidente que la moratoria solicitada choca frontalmente con los objetivos de descarbonización económica, neutralidad climática y mitigación de los efectos del cambio climático en Mallorca, objetivos todos ellos que a priori suelen ser causa y origen de los movimientos ecologistas, si bien se ha hecho patente que existen excepciones notables como se desprende del comunicado de prensa suscrito por la nueva Plataforma presentada recientemente, a bombo y platillo, en el Puig de Santa Magdalena.

Hoy en día la proclama por el “decrecimiento económico” ha perdido toda fuerza y valor con relación a las energías limpias, ya que estas no se instalan para incrementar la potencia energética de un territorio, sino muy por el contrario, para facilitar la descarbonización de su sistema eléctrico, siendo su función sustitutiva que no acumulativa o agregada a la generación térmica eléctrica existente, algo que, sin embargo, y gracias al ímprobo esfuerzo de la nueva plataforma se va a duplicar en nuestra isla.

Personalmente, llevo 20 años promoviendo con hechos y palabras la integración de las energías renovables en las islas, la soberanía energética y la reducción de nuestra huella de carbono en beneficio de nuestro paisaje y de la producción agroalimentaria locales, amenazados ambos por la extrema dureza de los efectos del Cambio Climático sobre nuestra biodiversidad endémica y nuestros limitados recursos hídricos.

En este sentido, y cuando está terminando su legislatura, me siento obligado a reconocer públicamente la gran responsabilidad política de la presidenta Armengol, del Conseller y del Director General de Energía por impulsar y tratar de alcanzar el objetivo de Islas 100% Renovables contra viento y activistas.

A estos últimos y por enésima ocasión les ruego, una vez más, una profunda reflexión sobre las graves consecuencias que, como ha quedado lamentablemente acreditado, tienen sus actos para todos los ciudadanos de las islas. En este sentido quedo a su entera disposición para dialogar y debatir abierta y sosegadamente sobre un tema que exige máximo conocimiento de causa, extrema prudencia y un contexto de paz social.

En juego no solo está nuestro presente, lo que se está poniendo en serio peligro es el futuro de las próximas generaciones de mallorquines.