Las plantas solares y el sector agrícola comparten el uso del suelo

Avanzar en la descarbonización y reducir el impacto ambiental resultante de la generación de energía es el reto al que se enfrentan las compañías eléctricas en el camino hacia la transición energética. Garantizar la preservación del entorno en el que se sitúan las plantas solares es uno de los objetivos que Endesa se ha marcado y que han llevado a la compañía a poner en marcha diversas acciones.

Una de estas iniciativas es el desarrollo de proyectos agrovoltaicos en los que se utiliza parte del terreno de las plantas solares para usos agrícolas, garantizando así la conservación del espacio. Una de estas actuaciones ha supuesto la plantación de 1.119 almendros y algarrobos en el entorno de Sa Caseta, la planta fotovoltaica que Endesa tiene en el término municipal de Llucmajor. La compañía ha elegido este emplazamiento valorando factores como el ecosistema previo existente, el uso tradicionales del suelo o la disponibilidad de recursos hídricos. 

En las plantas de Endesa también se va a desarrollar el convenio de colaboración entre Endesa y Carob, empresa mallorquina fabricante de goma de garrofín, un aditivo natural extraído de la semilla de la algarroba. El acuerdo alcanzado por las dos empresas tiene como objetivo estudiar el crecimiento y la evolución del injerto de algarrobo y comparar el desarrollo de este vivero en el entorno del parque fotovoltaico en contraste con otras ubicaciones como los invernaderos. 

Desde Endesa subrayan que compartir y no competir per el uso del suelo con el sector primario es la mejor manera de conseguir la sostenibilidad. La agrovoltaica permite compatibilizar la producción de energía solar con la explotación agrícola y ganadera, en este caso de una finca de secano como Sa Caseta.

Innovar para ahorrar

La innovación aplicada al desarrollo de la energía fotovoltaica da como resultado procedimientos como el que desarrolla Endesa en Sa Caseta. Se trata de un nuevo sistema de recogida de agua y limpieza automática de los paneles solares gracias al cual se mejorará la eficiencia de la planta y se ahorrará en el consumo del agua.

El polvo adherido en los paneles solares provoca una reducción en la generación de energía del 12%. Para evitar estas pérdidas se ha diseñado este sistema que recoge el agua de lluvia y la almacena para su uso en la limpieza automática de los paneles y en su enfriamiento. 

De momento se está llevando una prueba piloto en una zona reducida de la planta solar, pero ya ha podido comprobarse que el funcionamiento de este sistema ha provocado una mejora en la biodiversidad de la zona, favorecida por el agua que circula en los canales de recogida.

La planta fotovoltaica de Sa Caseta entró en funcionamiento en mayo de 2020. Con una potencia de 21,83 MWp, la instalación requirió una inversión de 17,7 millones de euros. Se compone de 56.700 paneles fotovoltaicos de 385 Wp de potencia que pueden producir alrededor de 36,76 GWh al año evitando la emisión de unas 24.400 toneladas de CO2 a la atmosfera. Además de Sa Caseta Endesa cuenta en Mallorca con la planta de Biniatria, en Alcúdia, con una potencia de 14,97 MWp. Así como las plantas solares de Son Reus de 12,5MW y Son Orlandis 3,34MW.