Situación económica de los países del G20

Afrontamos la recta final del año con una cierta desazón provocada por un ejercicio muy difícil en el que los mercados financieros, reflejo anticipado de la situación de la economía real, han caído en la mayoría de meses del año. Especialmente deprimente ha sido la altísima correlación entre los activos de renta fija y los de renta variable. Han bajado los dos mercados, cuando lo habitual en el pasado era que cuando uno bajaba el otro subía y así tenía el inversor alternativas para refugiarse.

Y las preguntas del millón de dólares son obvias: ¿Continuarán los mercados en tendencia negativa? ¿Entrarán la mayoría de economías del G20 en recesión?

Intentaré en el presente artículo poner algo de luz a estas cuestiones, que no responderlas cuál oráculo infalible, tomando como base el último informe de la prestigiosa agencia de calificación crediticia Moody´s donde explora las perspectivas para 2023 y para 2024 en cuanto a crecimiento, inflación y desempleo. Me centraré solo en el crecimiento.

Crecimiento en economías desarrolladas del G20

El 2021 fue un año extremadamente bueno en el que economías desarrolladas como Francia, Italia o Reino Unido consiguieron crecimientos espectaculares del 6.8%, del 6.7% y del 7.5% respectivamente, cuando nos tenían acostumbrados a crecimientos seculares de apenas el 1%. Llegó el 2022 y, a pesar de que muchos adivinos nos han dicho por activa y por pasiva que acabaríamos el año en recesión, no será el caso. Ciertamente, las perspectivas de crecimiento durante el año se han ido ajustando a la baja, pero en ningún caso llegando a la recesión, como podemos ver en la tabla adjunta (columna 22F de la tabla Real GDP Growth). Sin embargo, ya en 2023 las economías que tienen perspectivas de decrecimiento son unas cuantas, algunas de ellas son Reino Unido, Alemania, Italia o Francia. Economías importantes. Eso sí, debería ser una recesión pasajera para volver al crecimiento en todas ella para el 2024.

Crecimiento en economías emergentes del G-20

Como suele ser habitual, las tasas de crecimiento en este tipo de economías suelen superar el ritmo de las desarrolladas. Así, en 2021, el conjunto de las economías emergentes superó en 2.4 puntos a las desarrolladas (7.6% Vs. 5.2%). Destacando en una zona cada vez más importante para la actividad económica global, la zona de Asia Pacífico, el caso indio, con un crecimiento del 8.5% y superando a China.

En 2022 y 2023 todas evitarán la recesión, excepto Rusia por motivos obvios, aunque el ritmo de crecimiento será muy moderado, por lo que es habitual en el mundo emergente, superando ligeramente ambos años el 3%. De nuevo, quiero resaltar que India seguirá este año a una considerable tasa de crecimiento del 7% mientras que China se adormece en un 3% para este año y sendos 4% para el 2023 y 2024. Daría para otro artículo completo, pero creo que se presta poca atención a los problemas estructurales de la economía china y también a la rígida estructura política. El enrocamiento de Xi Jingping en una dirección del país cada vez más rígida y sin posibilidad de crítica interna hace a China más vulnerable en el medio plazo. Por consiguiente, ese mundo emergente liderado por la economía del dragón, que cada vez es menos dragón, podría acercar los diferenciales de crecimiento entre desarrolladas y emergentes en los próximos años.