El 6 de setiembre Liz Truss pasaba a ser primera ministra de Reino Unido, Elizabeth II fallecía dos días después, y con poca reflexión y muchas prisas, su ministro de hacienda Kwasi Kwarteng presentaba el día 23 del mismo mes una serie de radicales medidas fiscales que suponían la mayor intervención en política fiscal en 50 años. Estas medidas implicaban, por un lado, el incremento del gasto público en unos 65 mil millones de euros para reducir la factura energética de las empresas y familias británicas. No solo no se presentaba un plan paralelo de cómo financiar este incremento del gasto público, sino que, por otro lado, también se aprobaban una serie de medidas de reducción de los tipos fiscales a familias y empresas que ampliarían el agujero fiscal del país.

De estas medidas, las más destacables eran: reducción del tipo impositivo para las rentas básicas de las personas físicas del 20% al 19%; reducción del tipo impositivo para las rentas altas superiores a €170.000 de las personas físicas del 45% al 40%; cancelación del plan del anterior ejecutivo de Boris Johnson para incrementar el impuesto de sociedades del 19% al 25% previsto.

Más allá del acierto o desacierto de estas importantes medidas fiscales, lo que sin duda fue un grave error fue no acompañarlas de un plan para financiarlas. Afortunadamente, los mercados se dieron cuenta de inmediato del despropósito fiscal del tal Kwarteng y se depreciaba de manera alarmante la libra esterlina, caía la bolsa de Londres y casi se dobló la prima de riesgo de la deuda pública británica (las Gilts). Los grandes fondos de pensiones vendían Gilts, por un lado, y el Banco de Inglaterra las compraba por otro, a través de un plan monetario de urgencia para reducir su caída en precio. En pocos días, la Administración Truss consiguió que Reino Unido fuera visto como un lugar más inseguro para invertir. Por la presión de los mercados y de la oposición política dentro y fuera de su partido, Truss se vio obligada a destituir a Kwarteng por Jeremy Hunt, que el día 17 de octubre anunció la completa eliminación de todas las medidas aprobadas por su predecesor en el cargo.

Prima de riesgo UK

Prima de riesgo UK Bloomberg

Para los que siempre ven a los mercados con recelo les haré la siguiente pregunta ¿Hubiera Truss reconocido su peligroso error para el devenir económico del país sin la señal clara de alarma lanzada desde los mercados financieros? Mi respuesta seria que probablemente no lo hubiera hecho y por ello he aquí el importante rol que juegan los “malvados” mercados ante despropósitos políticos de tal calibre como el del señor Kwarteng. Dicho de otro modo: allí donde no llegan los políticos, llegan los mercados, cual termómetro para valorar el daño, a veces irreversible, que pueden infligir los políticos a la estructura económica de un país.