Debemos tener en cuenta que uno de los factores más importantes para que los equipos de trabajo funcionen de forma efectiva y sostenible, disminuyendo así las rotaciones y fomentando la cooperación, es ayudando a las personas que lo forman a crecer para que se comuniquen y se relacionen de forma positiva. En este punto no solo es importante apostar por una formación transversal que fomente y desarrolle habilidades y competencias totalmente indispensables para la operativa diaria, como organización del trabajo, resolución de problemas, autonomía y proactividad, entre otros, sino que también es muy importante diseñar procesos de selección que desde su inicio no sean procesos improvisados, sino que estén respaldados por una buena estrategia de selección. Al fin y al cabo, el resultado de este proceso no será otro que preparar a nuestras empresas cada vez mejores para el éxito en el mercado.

Muchas veces he hablado en diferentes artículos que los equipos de trabajo, por lo tanto, las empresas se han convertido en una segunda casa para muchos, donde también las personas han formado una estructura que en muchos casos se parece a una familia, y como tal, las relaciones pueden ser buenas, muy buenas o convertirse en relaciones incómodas y tóxicas que no solo repercuten a nivel individual y personal en las ellas, sino que influye y mucho en el logro de los objetivos a alcanzar.

Desde hace un tiempo, que ya la actividad se ha recuperado casi con total normalidad y viajo a diferentes zonas de la península, percibo que cada vez más las personas nos hemos vuelto más individualistas e incluso me atrevería a decir que más egoístas por eso mi propósito tanto en mi vida como en la vida de las personas que me rodean en mayor o menor medida es el de SUMAR. Rodearse de personas que me inspiren energía positiva y nos ayuden a construir y sumar, para mí se ha vuelto indispensable.

¿Cómo puedo hacer yo que, desde mi rol y mi función, y cómo puedo asegurarme que estoy sumando para los demás? Quizás no puedo hacer este ejercicio todos los días… Pero intento reflexionar de forma habitual sobre:

  1. Soy capaz de hacer que las personas con las que me relaciono se sientan únicas y especiales o, por el contrario, soy una persona indiferente en mi entorno.
  2. Soy capaz de ayudar a las personas a encontrar soluciones, o, por el contrario, pongo el peso en los inconvenientes, generando preocupaciones y malestar.
  3. Soy de las personas que las personas que arranco sonrisas o, por el contrario, provoco caras serias y lánguidas.
  4. Soy apoyo de mi gente en sus necesidades o soy de los que mira hacia otro lado de una forma evitativa.
  5. Soy de los que alimento las ilusiones y los sueños, las ideas creativas o los proyectos entusiastas o soy de los que los mato y siempre tengo un, olvídate de eso.
  6. Soy de los que comparto lo aprendido para enriquecer a los demás o soy de los que me los guardo para mí creyendo que eso me hará destacar.

Poner color a las relaciones y sumar para los demás, porque en las organizaciones todo lo que no sume resta siempre.