Para ayudarle a ser un buen maestro con las suficientes habilidades para convertir a los asistentes en unos buenos alumnos, le invito a dominar como mínimo las doce pautas para una formación eficiente.

Dedique su mejor tiempo a reflexionar con ellas, ya que de su correcta aplicación dependerá el que los anfitriones vendedores proactivos y polivalentes ganen, porque serán más y así podrán influir a los otros empleados rezagados:

  1. ¿Transmite de forma clara y asequible en función de la capacidad de comprensión de cada alumno según su formación, experiencia y edad?
  2. ¿Como directivo es un buen ejemplo - modelo de lo que quiere transmitir?
  3. ¿Consigue que los límites y la presión no frenen la espontaneidad creativa, evitando potenciar la resistencia y la frustración?
  4. ¿Evita querer que los alumnos sean lo que queríamos ser y no pudimos ser o lo que hemos conseguido ser o prefiere ayudarles a potenciar sus habilidades?
  5. ¿Trabaja tanto la gestión del “” como la gestión del “no”, para crear adultos maduros?
  6. ¿Trabaja la vocación desarrollando las capacidades e ilusiones con esfuerzo y recompensa?
  7. ¿Hace propuestas razonables desde la fuerza de la razón y no desde la razón de la fuerza?  
  8. ¿Manifiesta sus valores, que tienen que ser armonizables con los de las buenas personas?
  9. ¿Evita querer saberlo todo y demuestra que todo no se puede saber sin la formación adecuada?
  10. ¿Es auténtico, honesto y humilde para poder aprender de las experiencias y así educar y practicar al día siguiente?
  11. ¿Practica el humor y el amor en el trato, en las impertinencias y en las curiosidades?
  12. ¿Rodea sus explicaciones con comodidad física, pausas y ejemplos?

Para conseguir estos retos, le recomiendo que practique la formación con:

  • Humildad para poder seguir disfrutando del mejor nivel de competencias.
  • Sin orgullo para aceptar las críticas como sugerencias y oportunidades.
  • Con humor para aceptar nuestras limitaciones, no creyéndonos del todo nuestros éxitos.
  • Voluntad y constancia para mejorar los beneficios de la empresa que permiten alimentar todas las variables del éxito sostenido.

Si cree que la formación para la excelencia es cara, ¡Pruebe la mediocridad y verá!

Si no forma por miedo a que alguno de sus mejores empleados se marche, ¡Pruebe a quedarse con los peores no formados y verá!

Como siempre quedo a su disposición en dbiosca@educatur.com tanto en las coincidencias como en las discrepancias.